domingo, 27 de diciembre de 2009

Ton-tin-ton…

Ho Hsueh no es como sus compañeros de estudio: es un niño taiwanés radicado en Santo Domingo. No le gusta el colegio, dice que los niños se mofan de él por ser diferente a los demás. No le gusta el colegio…
Hoy, la «profe» de biología ha puesto una tarea: cada niño, en su casa, deberá buscar un lugar silencioso para escuchar los sonidos de la naturaleza e identificarlos: el mover de las hojas, el canto de los grillos, el soplo de la brisa, el ladrido del cachorro…
Ho Hsueh está encerrado: en su habitación y en sí mismo. «No me gusta la tarea de biología», repite su pensamiento.
En medio de su esfuerzo, ruge la alarma del carro de Mabel, la vecina: «Tontín tontín tontín…». Ho Hsueh no puede oír otro sonido fuera del «tontín tontín tontín…».
«¿A quién insulta el carro diciendo: “tontín tontín tintín”?», se pregunta el pequeño. «¿A Mabel, al ladrón del carro o a mí?… Mabel es mujer, el ladrón no está… entonces… ¡hasta el carro se burla de mí!».
Ho Hsueh cierra sus ojos y se imagina el rostro burlón del carro.
Laura, la mamá del niño, entra a la habitación y descubre que tiene sus ojos cerrados.
«Amor, ¿qué te pasa?», Laura le extiende sus brazos.
«Es que el carro de Mabel me desprecia, me grita: “tontín tontín tontín”». Ho Hsueh se deja abrazar por su mamá.
Ella sonríe con ternura, cuando le aclara: «Cielito mío, el carro no dice: “tontín tontín tontín”; si escuchas bien, dice: “tinton tinton tinton”. ¡Está tratando de hablar chino porque quiere ser tu amigo! Escúchalo bien: “tinton tinton tinton”».
Ho Hsueh se recoge una lágrima cuando escucha: «Tinton tinton tinton».
Ríe. Cierra sus ojos para oír mejor, y se imagina el rostro amistoso del carro. Y el miedo se va. Después de todo, el mundo no es tan horrible… Y la tarea de biología… ¡es divertida!


Título del próximo cuento: SOSPECHA
Se posteará: domingo 3 de enero

domingo, 20 de diciembre de 2009

Igual que el año pasado, para estas fechas de Navidad, posteamos cuentos infantiles. Detrás de los llamados cuentos infantiles siempre hay una historia soterrada para adultos que creen que ya no son niños.

Lluvia invisible

Akón, el anciano, descansaba en su mecedora a la sombra del viejo roble, cuando fue sacudido por una voz familiar que lo tuteó agitándolo:
«Akón, ¿tú crees que Dios también llora como yo?».
El anciano se ha quedado meditabundo ante la inesperada pregunta lanzada por su nieta Teresa que lo miraba con ojos aguados (había tenido un mal rato en su escuela con algún niño).
«Dios llora cada vez que hay una necesidad en sus hijos, los hombres y las mujeres», respondió el abuelo luego de la pausa. «Las lágrimas de Dios descienden como lluvia invisible en aquellos lugares en donde hay gente necesitada de amor, compasión, paz y alegría; pero no todos se dejan mojar por el llanto de Dios».
«Si es así, Dios vive llorando… con tanta necesidad que hay en todas partes…», dijo la chica en voz baja y apenada.
Akón sonrió con ternura:
«Sí, pero también vive riéndose, porque cuando una gota de lágrima divina toca a alguien, penetra hasta el centro de su ser, le hace sentir un cosquilleo en su corazón, y esta persona hace un acto de bondad: un gesto de ternura y de amor. Entonces Dios sonríe y hasta se ríe. Por eso, en los sitios en donde hay mayor necesidad, hay mayor solidaridad. ¿Te das cuenta? En donde Dios llora más, también hay más actos de bondad, porque son más quienes se dejan mojar por las santas lágrimas. Donde abunda el llanto, sobreabunda la risa».
Ahora le tocó el turno a ella de quedarse pensativa.
«Cada vez que alguien realiza un acto de bondad es porque le ha caído una lágrima bajada del cielo», agregó Akón.
Una sonrisa se dibujó en los labios de la muchacha, mientras observaba una lágrima rodando por la mejilla de su abuelo.
«¡Siento una cosquillita en mi corazón!», exclamó Teresa acercándose hacia su abuelo. «¿Será que me ha caído una lagrimita de Dios?».
Un beso en la mejilla del anciano ―justo donde estaba la lágrima―, acompañado de un cariñoso abrazo, coronó un instante de ternura. Akón sonrió. En ese mismo momento se oyeron unos aplausos y una carcajada… Venían del cielo.


Título del próximo cuento: TON TIN TON
Se posteará: domingo 27 de diciembre

domingo, 13 de diciembre de 2009

Ada de cuentos

Usaba dos calzados de distinto par. Se rumoreaba que su salario no le alcanzaba para comprarse zapatos nuevos. Soñaba con alguien importante que tocaba a su puerta con algo encontrado en una escalera, pero las arrugas ya certificaban que su espera empezaba a desesperarla. La orden de la mansión era muy estricta: sólo después de la medianoche, cuando todos se hayan retirado, ella podía entrar en la sala de fumadores para cumplir con su oficio de recogedora de cenizas.


Título del próximo cuento: LLUVIA INVISIBLE
Se posteará: domingo 20 de diciembre

domingo, 6 de diciembre de 2009

Vagones

A Romina y Julio no les pude ver sus caras. En la estación 86 del subway de Manhattan hacía un frío que taladraba los tuétanos. Él hundía su rostro en el hombro de ella que hundía su rostro en el hombro de él. Ninguno de los cientos de pasajeros parecía darse cuenta de la presencia de esta pareja sentada en un banco del andén. Julio abrazaba a Romina que abrazaba a Julio, en uno de los más crudos inviernos. Ninguno de los trenes se quedaba a esperarlos. Los vagones andaban deprisa dejando y recogiendo pasajeros, pero no a «vagones» como Julio y Romina, que lucían sucios, pero estaban limpios. El corazón de Romina funcionaba bien, como el de Julio; pero ella estaba enferma, igual que él. La mente de Julio funcionaba bien, como la de Romina; pero él estaba enfermo, igual que ella. Y el mundo no podía curarlos, tal vez porque fue quien los contagió con ese tren de vida. Quizás el mundo está más enfermo que Romina y Julio en aquella plataforma, sentados.


Título del próximo cuento: ADA DE CUENTOS
Se posteará: domingo 13 de diciembre

domingo, 29 de noviembre de 2009

Instrucciones para la generación de brechas

Especie de conversación oída al azar en una casa decente de la capital:
Aprendiz de padre: «¿Estás alucinado o qué? ¿Tuviste otra sobredosis?».
Uno que adolece: «¡Por fin hablas! ¡Sospechaba que se amputó tu lengua en el último recorte del presupuesto!».
Aprendiz de padre: «No seas bufón. Siempre pretendes culpabilizar al otro. No te hagas la víctima. No. El problema está en ti, en tu saturación de ruidos. Esa estridencia la noto en tus ojos».
Uno que adolece: «El problema está en ti, en tu silencio. No nos comunicamos».
Aprendiz de padre: «¡Claro que nos comunicamos! Cuando no hablo, en realidad estoy hablando. Cuando conservo el silencio, en realidad estoy comunicando. Mi silencio transmite que no hemos dejado de transmitirnos. Mi silencio, al menos, comunica la incomunicación. Tu contaminación auditiva no comunica nada».
Uno que adolece: «Si tu silencio comunica la incomunicación, como aseguras, entonces es cierto que estás comunicando. Por tanto, es correcto decir que tu silencio comunica. Pero si comunica, no puede ser incomunicación. Partiendo de tu argumento, sería más correcto afirmar que tu silencio “no comunica la incomunicación”, sino que tu silencio “comunica la no incomunicación”. Niego una verdad para resaltar otra. Tu verdad es rebatida por mi verdad. Todo esto es posible sólo cuando, en principio, acepto tu verdad, para poder objetarla».
Aprendiz de padre: «“Tu silencio comunica la no incomunicación”. Admito la sagacidad de tu versión de la verdad, afirmando una negación. Sin embargo, la “no incomunicación” es una negación de negación, por tanto se anula esa verdad. Lo cual nos hace pensar que, al anularse, en realidad el silencio se desvanece, no existe».
Una que preadolece: «Déjense de vainas… No se hagan los filósofos. El problema está en ustedes, en su sobredosis de silencio, que preexiste… Sigan hablando».


Título del próximo cuento: VAGONES
Se posteará: domingo 6 de diciembre

domingo, 22 de noviembre de 2009

Sueño húmedo

Se cansó de tanto talar árboles y atrapar animales en su tierra seca. Sumido en el alcohol, fue abatido por el sopor. Soñó que Tláloc (el azteca), Freyr (el escandinavo) y Poseidón (el griego), hastiados de una eternidad sin vacaciones, fueron invitados por Hurakán (el maya) a irse de crucero por el Caribe en busca de nuevos aromas… Una gota marrón, caída del cielo a su mejilla, lo despertó, y cuando rodó hasta su boca, percibió esa exótica y embriagante fragancia. Fue cuando el viejo constructor del arca, ya despabilado, oyó que en el aire tronaba una extraña invocación: «¡Oh, Alá, que llueva café en el campo!».


Título del próximo cuento: INSTRUCCIONES PARA LA GENERACIÓN DE BRECHAS
Se posteará: domingo 29 de noviembre

domingo, 15 de noviembre de 2009

Quinteto de cacería onírica

Meñique

Aquella noche, el hombre se internó en la selva de sus pesadillas con la escopeta de cazar sueños. Disparó a éste, a ése, a aquél y al otro, matándolos. Sólo quedaba uno, el peor. A este último no le disparó: no sabía que era un sueño.

Anular

Aquella noche, el hombre se internó en la selva de sus pesadillas con la escopeta de cazar sueños. Disparó a éste, a ése, a aquél y al otro, matándolos. Sólo quedaba uno, el peor y el más largo. Cuando apretó el gatillo por última vez, tiró la bala que finiquitó su propia vida: la confundió con un mal sueño.

Medio

Aquella noche, el hombre se internó en la selva de sus pesadillas con la escopeta de cazar sueños. Disparó a éste, a ése, a aquél y al otro, matándolos. Sólo quedaba uno, el peor, el más largo y el más real. A punto de ultimarlo, cambió de opinión: pensó que sólo era un personaje sin importancia de un cuento de Yuan.

Índice

Aquella noche, el hombre se internó en la selva de sus pesadillas con la escopeta de cazar sueños. Disparó a éste, a ése, a aquél y al otro, matándolos. Sólo quedaba uno, el peor, el más largo, el más real y el más cercano. No necesitó mucha puntería para acribillarlo a balazos pues estaba evidentemente a la vista. Pero, una vez rematado, lo exhibió con orgullo colgándolo en la sala como un trofeo de su cacería, con lo que perpetuó su pesadilla.

Pulgar

Aquella noche, el hombre se internó en la selva de sus pesadillas con la escopeta de cazar sueños. Disparó a éste, a ése, a aquél y al otro, matándolos. Sólo quedaba uno, el peor, el más largo, el más real, el más cercano y el más urgente. Antes de cualquier reacción, lo ayudaron a salir de la selva: logró despertarse a tiempo.


Título del próximo cuento: SUEÑO HÚMEDO
Se posteará: domingo 22 de noviembre

domingo, 8 de noviembre de 2009

Dédalo

Alcancé a verla desde lejos. Ella parecía temblar fuera de la ventana en el octavo piso de ese building del Bronx. Daba unos pasos torpes en esa faja estrechísima que corría al borde del balcón. Ningún auto se detenía y todos los peatones permanecían indiferentes. «¿Se tirará o no?». Antes de yo terminar la plegaria que elevaba al Todopoderoso, ya ella se había lanzado al vacío. (Habíamos empezado a serles un fastidio: en el piso inferior del departamento se reunía la junta de vecinos, buscando la manera de echarnos de la terraza). El pavimento no quedó ensangrentado: ella pudo levantar el vuelo. (Penalizarán a quienes nos arrojen migas de pan).


Título del próximo cuento: QUINTETO DE CACERÍA ONÍRICA
Se posteará: domingo 15 de noviembre

domingo, 1 de noviembre de 2009

Me pueden leer en twitter. Para mí es una nueva aventura: escribiré nanorrelatos, minificción o hiperbreves.
El sitio de encuentro:

http://twitter.com/yuanliao

Los espero, en hiperbreve.

Nadie

Fui a desafiar al río: «A que no sabes lo que yo sé». Pero él siguió su curso. Es que nadie sabe lo que yo sé, ni la calle que me ignora, ni el tiempo que me pasa por encima. «¿Quieres saber lo que yo sé?», le inquirí al espía. Él, aun con sus torturas, no pudo ablandar mi lengua aferrada a lo que nadie sabe. Nadie lo sabe, ni el poder que nunca sabe, ni el mendigo que sabe lo que no sé, ni el juez que toma decisiones sobre lo que dice saber, ni el labriego que sabe de signos de los tiempos. «¿Usted sabe lo que yo sé?». «Sabemos que hay un camino al cielo», me respondió el Papa, pero eso no es lo que yo sé. Nadie sabe lo que yo sé. Y si nadie lo sabe, yo tampoco. No sé lo que sé... Recibo en mi móvil una llamada de mi mismo número, y escucho una voz algo conocida: «Hola, quiero saber qué es lo que sabes… Soy nadie».

Basado en el poema «Tampoco», de Mario Benedetti.


Título del próximo cuento: DÉDALO
Se posteará: domingo 8 de noviembre

domingo, 25 de octubre de 2009

Ilegal

Habiéndose adentrado profundamente en el laberinto con el hilo de su amada, Teseo se acomodó para descansar, vencido por el tedio. Mientras se debatía entre el sueño y la vigilia, unos agentes de «la migra» onírica se le aproximaron: «¡Levántate! ¡No puedes estar aquí! Este laberinto pertenece a un sueño ajeno. Es propiedad de Ariadna». Enseguida fue empujado por unas máquinas que lo alzaron hasta una nave voladora. Inesperadamente se transportó a un extraño lugar repleto de gigantes altísimos, cubiertos de ojos cuadriculados. El que estaba justo delante de él era un monstruo verde con fuego en su mano, más desafiante que el Minotauro. Teseo empuñó ferozmente su espada para atacar, pero una idea entró y le frenó: «¿Y si esto no es más que un sueño?». Se forzó para despertarse. Cuando lo hubo logrado (al menos eso creía), volvió a su realidad. Arriba seguían Orión y Sirio. Abajo veía los mismos árboles pero el laberinto no estaba, ni el hilo que le di: me había despertado. Los que sí estaban eran una embotada navaja en su diestra y, en la otra mano —como un recuerdo del futuro— un souvenir de la Estatua de la Libertad.


Título del próximo cuento: NADIE
Se posteará: domingo 1 de noviembre

domingo, 18 de octubre de 2009

Escenario real

Bajó el telón y el actor asumió inmediatamente otro libreto: interpretar el papel de espectador de su propia vida.


Título del próximo cuento: ILEGAL
Se posteará: domingo 25 de octubre

domingo, 11 de octubre de 2009

Interferencias de la cuarta dimensión

La batalla decisiva se libraba en el aire. En la punta de su avión, el teniente había pintado la cabeza de un tigre feroz. Él mismo lo piloteaba. Se aproximaban dos aviones enemigos descargando ráfagas de fuego. El del tigre maniobró con destreza, evadiendo ser alcanzado. El copiloto del teniente, por su parte, empezó a disparar contra los dos aviones.
Por más que apretaba el botón, el niño no lograba acertar en los tiros. Aún tenía que habituarse a los botones, pues apenas estaba estrenando este nuevo juego que sus padres le compraron. Su hermanita se mofaba de sus muecas cada vez que fallaba. Aquellos dos aviones parecían salirse de la pantalla del televisor. Parecían tan reales. No era fácil para él, defenderse y atacar al mismo tiempo.
Repentinamente, una explosión bloqueó la visibilidad por algunos segundos. Cuando el humazo se disipaba, el teniente distinguió un avión precipitándose en una enorme llamarada. «¡Le dimos a uno!», gritó con euforia a su copiloto. Éste guardó silencio. En efecto, era lo único que se oía: silencio. Aunque seguían elevándose en el vuelo, era como si, en un improviso, todo se hubiera transportado hacia otra dimensión.
La niña se reía, viendo a su hermano vitorear como si hubiera logrado una formidable hazaña. No había tiempo que perder. No se podía cantar victoria: quedaban enemigos que abatir. A estas alturas, el niño ya era un avezado manejando el control remoto. El juego parecía llegar a un punto de clímax, cuando un inesperado apagón interrumpió la energía eléctrica del barrio, y la pantalla se tornó oscura. La niña no se aguantaba de la risa.
Fue cuando el teniente pudo mirar con detenimiento: aquel avión que se alejaba, cayendo en picada, tenía pintada la cabeza de un tigre feroz.


Título del próximo cuento: ESCENARIO REAL
Se posteará: domingo 18 de octubre

domingo, 4 de octubre de 2009

El sacrificio

Rebelde al fin, no soportaba ser manipulado por nadie. Intentó encabezar una revolución para liberarse del poder de los gigantes. Quince compatriotas y él estaban de un bando, enfrentados contra los vecinos enemigos, por capricho de dos gigantes.
Alzó su voz, llamando a la desobediencia: «¡No os dejéis controlar por esos monstruos! ¡Decidamos nosotros mismos nuestros destinos! ¿No habéis caído en la cuenta de que nos sacrifican y nos ponen a pelear unos contra otros, mientras ellos se quedan disfrutando todo? ¡Usemos nuestra firme voluntad para dar nuestros propios pasos!».
El rebelde, diciendo esto, se aprestó para saltar por sí mismo por primera vez; pero antes de lograrlo, una mano lo emplazó en otro escaque, en una jugada de sacrificio. Entonces otra mano lo sacó de circulación y en su lugar colocó un peón negro.


Título del próximo cuento: INTERFERENCIAS DE LA CUARTA DIMENSIÓN
Se posteará: domingo 11 de octubre

domingo, 27 de septiembre de 2009

Lección de danza

Érase una vez una grulla que quería aprender el arte milenario de la danza ritual. Para ello, sus amigas le sugirieron una escuela. Se inscribió en ella, y se colocó en la lista de espera, junto con otros alumnos: canguros, águilas, erizos, pulpos, pingüinos, asnos… Después de esperar bastante, se presentó la maestra. Era una vieja tortuga. La grulla se desencantó: «¿Cómo una lenta tortuga me va a enseñar a danzar?».
La maestra pidió a todos, acercarse a su pecho. Arrimados al pecho de la tortuga, pudieron escuchar palpitar su corazón con fuerza por encima del caparazón. Todos visualizaron un corazón danzante. Y la grulla aprendió la única lección: «La música se lleva por dentro».


Título del próximo cuento: EL SACRIFICIO
Se posteará: domingo 4 de octubre

domingo, 20 de septiembre de 2009

Miradas esquivas

La ruta del tren termina en el «suicidadero». En el plano de la ciudad, la última estación figura como El Desfiladero, pero puesto que allí se encuentra el barranco que muchos escogen para terminar su vida, el pueblo la ha nombrado con aquel sombrío sustantivo.
Acomodada en el asiento 11 del tren, Ramona pasea su mirada por la ventanilla (es difícil mirar a los demás pasajeros cuando se es una ficha anónima en medio de rostros impersonales). Sus ojos bajan para leer algo del periódico que sujetan sus manos: noticias habituales sin ningún interés en sus páginas. En un giro rápido, más bien rutinario, Ramona echa un vistazo por dentro del vagón. El hombre del asiento 16 se parece muchísimo a Luis. Lo que parece ser el tallo de una flor sobresale del bolsillo de su chaleco. Tiene el mismo peinado de Luis, sus mismas cejas y orejas, su mentón es idéntico, incluso se viste como él. Ramona juraría que se trata de Luis, si no fuera porque el hombre del asiento 16, aun viendo que Ramona lo mira, no le dirige ningún saludo; más bien parece amenazado por esa mirada, como preguntándose: «¿Y quién será ésta que me mira tanto?».
Ramona aparta su mirada para no incomodar al pasajero del asiento 16. «El parecido es impresionante», piensa ella. «La próxima vez que vea a Luis le diré que vi a su gemelo».
En la penúltima estación, Ramona se baja del tren, dejando en el vagón a apenas tres hombres, entre ellos el pasajero del asiento 16. Éste, en medio de su depresión, se queda preguntando: «¿Por qué no me saludó? Si ella me vio, ¿por qué tenía que disimular que no me había visto? ¿Me devuelvo para encararme con ella, o mejor no? ¿Será que tampoco Ramona quiere saber de mí?». Saca la flor marchita de su bolsillo, y se hunde más en su tristeza. Su mirada se desvía, pero el tren no: continúa su marcha hacia su última estación.


Título del próximo cuento: LECCIÓN DE DANZA

Se posteará: domingo 27 de septiembre

domingo, 13 de septiembre de 2009

Breve y urgente separación

«¡Tiene que ser ya, si no, armaré un escándalo!», sentenció ella con autoridad a la vez que me miraba con ojos suplicantes. Entonces capté la gravedad: sus músculos parecían contraerse en máxima tensión. La situación se estaba saliendo de control, cuando sostuvo: «Ya no puedo ni pensar. No aguanto más. Tengo que dejarte ahora… ¡Adiós!». Casi pude ver la polvareda que levantó cuando salió disparada de mi lado, dejándome solo. Desesperada, se encerró por unos minutos. Cuando volvió a asomarse, me dijo con una sonrisa de alivio: «Listo. Todo se ve tan distinto… después de que se ha meado». Seguimos paseando por el mall.


Título del próximo cuento: MIRADAS ESQUIVAS

Se posteará: domingo 20 de septiembre

domingo, 6 de septiembre de 2009

La estancia

Adentrándose por el último recoveco del palacio, se introdujo en una extraña sala. Era una alcoba que almacenaba memorias. Había de todos los colores, con variedad de duraciones, dimensiones y hasta sabores: memorias magentas, memorias muertas, memorias memorables, memorias aromáticas, memorias futuristas, memorias saladas, memorias fugaces, sagaces y traviesas… Se exhibían como si rogaran que alguien las poseyera. A ese cuarto acudían los momentos extraviados en desesperada búsqueda de dueños. Allí dio con una foto suya de cuando tenía once años. Vestía una camisa de marinero con un pantalón blanco que hacía juego con su gorro. La imagen la tomó su padre en ocasión de la fiesta de cumpleaños de Dianita, la niña por quien suspiraba en ese tiempo. Ella le había rogado: «Por favor, no faltes a mi fiesta, eres muy importante para este momento de mi vida». La contemplación de la foto evocó remembranzas adormiladas, pero ahora ya no sabe qué está dentro de qué: si él fue parte importante de ese momento o ese momento fue parte importante de él.


Título del próximo cuento: BREVE Y URGENTE SEPARACIÓN
Se posteará: domingo 13 de septiembre

domingo, 30 de agosto de 2009

Sueños mojados

El avión la soñaba. Desde su altura divisaba a la barca, embelesado por su hermosura. Esperó el viento oportuno y se alzó revoloteando. Planeó esquivando las ramas del árbol, curveó su ruta aprovechando la corriente adecuada, evitó un farol, y se dirigió directo a su amada; pero no queriendo asustarla como un kamikaze, resolvió desviarse de la barca. El vuelo, que nada más duró cuatro interminables segundos, finalizó con el avioncito de papel estrellándose en las aguas de la fuente del parque, a 13 pulgadas de la barquita de papel.
Ella, al verlo mojado y agonizando, empezó a llenarse de tristeza y de agua.
Instantes después, los dos papeles deformes fueron recogidos por el cuidador del parque. Antes de tirarlos al bote de basura, los unió formando un bollo. Avioncito se reanimó, y barquita estaba feliz, sin agua, pero con su amado, hasta que la trituradora los separe.
¿Quién sabe si, luego, en el proceso de reciclaje, se fundirán para siempre?


Título del próximo cuento: LA ESTANCIA
Se posteará: domingo 6 de septiembre

domingo, 23 de agosto de 2009

Su verdad

El rostro de Esther adquirió esa característica expresión que asumía cada vez que procuraba comunicar algo «muy serio». Tomó a Kent y lo introdujo en la casa. Él, obediente, se dejó llevar. Atravesaron la sala, ignorando todo a su alrededor, y entraron en la habitación. Ella, con escasa vestimenta, lo sentó en la cama. Y Kent, apuesto rubio de ojos azules, la miraba con una sonrisa de triunfador. Esther se sintió obligada a declararle la verdad (ésa era la razón de su acento de seriedad): «Cariño, tú sabes que te quiero, por eso debo decirte algo muy importante. Sé que ya estás listo para estudiar en la universidad, pero no vas a poder ir, porque somos muy pobres». Kent pareció no inmutarse por lo que ella le expresó: su sonrisa se mantuvo inalterable. Esther, dándole la espalda, se dirigió a una de sus cajas. Sacó rápidamente a Barbie, pues era el turno de jugar con ella. Sabía que en cualquier momento su madre la iba a llamar para la cena. Un par de tortillas de maíz en esa chabola de barrio marginal no estaría tan mal.


Título del próximo cuento: SUEÑOS MOJADOS
Se posteará: domingo 30 de agosto

domingo, 16 de agosto de 2009

Babelópolis

Cuando el esperanto al fin se impuso como idioma universal, los ciudadanos de Babelópolis volvieron a comunicarse. En varios siglos había cambiado la lengua, pero no el afán de subir. Sus regidores votaron a favor de edificar otra «torre que alcance el cielo». Así reflexionaron: «Para cuando la torre sea muy alta, ya habrán pasado varias generaciones. Es posible que antes de eso, alguna prole pierda el interés en alzar la torre, pero a nosotros nos compete complacer al pueblo: oficialmente declaramos abiertas las operaciones de construcción de la nueva torre de Babelópolis».
Con la memoria histórica bien fresca y con claros conocimientos de las distancias astronómicas, actuaron con cautela: los ingenieros sólo levantarán una pulgada de la torre por cada año de construcción. A ese ritmo, la torre tardará milenios para siquiera hacer cosquillas al cielo. «Así se garantizará que los nietos de los nietos de la presente generación no sean consumidos por la Fuerza que aniquiló la anterior torre». Una precaución, por si acaso.


Título del próximo cuento: SU VERDAD
Se posteará: domingo 23 de agosto

domingo, 9 de agosto de 2009

El Mar Prometido

El pueblo que habitaba bajo las aguas escapaba del Triángulo de las Bermudas y de la opresión del Ciclón. Su caudillo era un viejo pastor de peces que, según rumoraban, provenía de más allá del horizonte. Todos salieron con sus rebaños de peces hacia el Mar Prometido, pero cuando se introdujeron por Colón, encontraron la barrera de una tierra. Los temibles carros del Ciclón venían detrás de ellos, persiguiéndolos. El pueblo que habitaba bajo las aguas entraba en espanto. Entonces, el líder levantó su caña y se alzaron unas esclusas, y la tierra se dividió formando dos muros, a derecha y a izquierda. Así, el pueblo que habitaba bajo las aguas cruzó por donde antes había tierra, rodeado totalmente de agua, junto con los peces. Por su parte, los gigantescos carros del Ciclón quedaron varados y enterrados, sin poder entrar a aquel lugar. Y cuando, añorando los coloridos corales del Triángulo de las Bermudas, algunos ciudadanos del pueblo que habitaba bajo las aguas pretendían volver al Ciclón, del cielo bajaron mariposas esperanzadoras de todos los colores. Fueron las mariposas quienes pusieron nombre al anciano caudillo: «Moisés», que significa «sacado de las aguas». Y el surco acuático fue bautizado por Moisés como «Panamá», que quiere decir «abundancia de peces y mariposas». Aquel surco terminó en un mar al que llamaron «Pacífico», pues decían: «Aquí termina nuestra esclavitud y empieza la paz». Ha sido un milagro patente: desde ese día, el Ciclón no se ha atrevido a hacer correrías por esos predios.


Título del próximo cuento: BABELÓPOLIS
Se posteará: domingo 16 de agosto

domingo, 2 de agosto de 2009

Extracto de noticiero

Desde el Palacio de la Policía, continuamos reportando en vivo sobre este caso que ha copado toda la opinión pública. A los reclamos de la Dirección de Impuestos Internos y del Ministerio de Agricultura sobre evasión tributaria, se ha sumado Foresta Nacional, alegando que nunca le ha expedido los correspondientes permisos para la tala de árboles madereros. Por su parte, el Partido Verde Ecologista pretende presentar una demanda por abusos de corte indiscriminado y hacinamiento cruel de animales. Y por primera vez en la historia, la Subsecretaría de Estado de Ganadería pide apoyo a la Sociedad Protectora de Animales.
La Asociación Médica advierte sobre posibles epidemias, pues no se ha encontrado certificación de vacunación para ningún espécimen incautado en cuarentena.
El Patronato del Zoológico Nacional insiste que esta institución no posee el suficiente espacio para alojar tal cantidad de nuevos inquilinos.
También ha declarado el Director de Transporte Marítimo notificando que en sus archivos no figura ninguna constancia de pago de matrícula otorgada a esa unidad para su derecho de circulación. Recalcó que duda que una persona de esa edad tenga actualizada su licencia de conducir ese tipo de transporte.
Datos no confirmados hablan sobre un pasado de alcoholismo y… ¡Un momento!
¡Aquí llega el imputado conducido por policías de migración! Parece que ya terminó de ser evaluado psicológicamente por la comisión de expertos de la conducta humana. Nos acercaremos para hacerle algunas preguntas…
¿Tiene algo que declarar para la prensa, señor Noé? ¡Señor Noé!
Como pudieron ver, la multitud no nos permite aproximarnos con el micrófono. Sobre este caso, les mantendremos al tanto.
En otro orden de ideas, Meteorología informa sobre una nueva tormenta tropical localizada al este de…


Título del próximo cuento: EL MAR PROMETIDO
Se posteará: domingo 9 de agosto

domingo, 26 de julio de 2009

Crónicas policiales

El Relacionador Público de la Policía reporta sobre el apresamiento de Abrahán, de avanzada edad, quien fue acusado de «secuestro e intento de homicidio». La víctima es un menor cuyo nombre no se revela para proteger su identidad. Fuentes no oficiales alegan que el niño es hijo del acusado, aunque han surgido datos que ponen en duda tal afirmación: el apresado presenta el perfil de una persona de más de cien años de edad.
Gracias a la denuncia de una llamada anónima, la Oficina de Protección al Menor fue alertada de esta tentativa criminal. Las autoridades actuaron de inmediato y encontraron al nombrado Abrahán con arma en mano y al infante amarrado sobre una roca.
Informes de último minuto dan cuenta de que la Fiscalía ha levantado nuevos cargos contra el imputado: «poligamia y paternidad irresponsable». Al parecer, una mujer se ha presentado con otro niño aduciendo que ha sido extorsionada para callar sobre el incumplimiento del pago de pensiones. La parte civil constituida pedirá cadena perpetua por toda la «gravedad» del escándalo.
Mientras tanto, el niño recobrado está en manos de profesionales designados para auxiliarlo con los posibles traumas recibidos. La psicóloga asignada al pequeño afirma que, aunque éste aparenta estar en buenas condiciones físicas y anímicas, todo apunta a que ya padece del «Síndrome de Estocolmo»: «El niño parece no estar conciente de lo sucedido. Dice que su padre es el mejor del mundo. Desea que, en la cárcel, a su padre le asignen al menos una celda con ventana para ver el cielo, pues “le gusta contar estrellas”. En una terapia de juegos expresó que, cuando sea grande, “descubrirá” algo que él llama “ley de la gravedad”, pero antes será “novelista de ciencia ficción o estrella de rock”».


Título del próximo cuento: EXTRACTO DE NOTICIERO
Se posteará: domingo 2 de agosto

Pasen por aquí:

http://laeskinadelakj.blogspot.com/2009/07/365-dias.html

domingo, 19 de julio de 2009

«Desaprendiendo» conjugaciones

Uno supone que el pasado no se hace presente. Pero aquella tarde de otoño, cascando todo tipo de convencionalismos, su pasado se presentó inopinadamente, con la excusa de perpetuar la memoria. Su presente, que siempre había huido del pasado, se internó en crisis: no había sido formado para convivir con lo pretérito. Su presente resolvió futurarse, estacionándose en el porvenir. Su futuro, percibiéndose amenazado por la injerencia de su presente, recogió sus maletas, pues hubiera sido catastrófico que el presente se quedara a la par del futuro, ya que era sabido que cuando el futuro se hacía presente, dejaba de ser futuro. Entonces, su futuro se pasadó, instalándose en lo ya ocurrido. De esta manera, su presente, aunque seguía siendo el futuro de su pasado, se quedó sin ningún futuro. Y todo porque el pasado se presentó.


Título del próximo cuento: CRÓNICAS POLICIALES
Se posteará: domingo 26 de julio

domingo, 12 de julio de 2009

Jericópolis

Una nueva muralla se inauguró en Jericópolis, forjada con un material sintético de última tecnología: «jerifoam». Se volvió a sitiar la ciudad, esta vez con nuevos invasores, de lenguas y costumbres diferentes. Un físico nuclear analizó las sombras proyectadas por los rayos solares para completar un escabroso cálculo. Predijo que si todos los días a las siete de la tarde se daban siete vueltas alrededor de la muralla sonando trompetas, al cabo de setecientos años, por las vibraciones, la muralla se derrumbaría. Una orden se divulgó inmediatamente: puntualmente, a las siete, los invasores debían dar siete vueltas a la ciudad, tocando unas trompetas.
Con los años, se convirtió en todo un espectáculo de luces y sonidos. Incluso cambiaron el repertorio de las partituras. Setenta años más tarde, la nueva generación ya no se acordaba del porqué del cerco marchando cada tarde a las siete y ejecutando un concierto de trompetas. Las nuevas damas de Jericópolis empezaron a vestirse coquetamente para asomarse en la muralla a escuchar a los galanes extranjeros interpretando su recital de trompetas, como si de serenata se tratara. Quienes primero saltaron la muralla fueron los niños de Jericópolis. Llevaban sus cornetas para unirse a los niños de afuera en su tradicional toque de instrumentos de viento.
De un lado de la muralla a otro, se intercambiaban estilos, modas, técnicas, ritmos y hasta pasos de baile. Las barreras del idioma, que parecían infranqueables, se abatieron con el lenguaje universal de la música.
¿Seguirá vigente la profecía científica? ¿Qué pasará cuando se cumplan los setecientos años y se derrumbe la muralla por las vibraciones? ¿Los niños entenderán algo, o «algo» entenderán los niños?


Título del próximo cuento: «DESAPRENDIENDO» CONJUGACIONES
Se posteará: domingo 19 de julio

domingo, 5 de julio de 2009

Pareja moneda

Siempre se habían dado la espalda mutuamente.
«¡Voltéate! ¿Por qué no me das la cara?».
«Porque cuando lo haga, te voltearás, te cubrirás con tu escudo, y me harás sentir como si yo fuera tu cruz».


Título del próximo cuento: JERICÓPOLIS
Se posteará: domingo 12 de julio

domingo, 28 de junio de 2009

No pudimos recuperar el título de este cuento

Érase una vez una ciudad en donde sus habitantes utilizaban sus cuentos como medio de transporte. No viajaban en carros ni en barcos o aviones, sino montados en cuentos. (Este cuento, por ejemplo, era un solicitado taxi de esa ciudad). Se interesaban en los cuentos sólo porque les servían para trasladarse de un extremo a otro. Pocos se sentían impelidos a curarlos cuando se descomponían: había un solo mecánico en la ciudad, especializado en arreglar los carros-cuentos.
Con su imprevista muerte, se asentó una vorágine de confusión. (Este cuento, por ejemplo, perdió su cadencia). Nadie sabía cómo reparar las piezas gastadas de los cuentos. La situación se complicó cuando la alcaldía… eso lo… podrían funcionar pero… maraña… vacunaban… con instalación insuficiente… antivirus actualizado… tarde… del mismo modo en el sentido contrario.


Título del próximo cuento: PAREJA MONEDA
Se posteará: domingo 5 de julio

domingo, 21 de junio de 2009

Semana crucial

Recuerdo ese lunes cuando un sujeto me abordó en plena calle, saludándome con excesiva efusión. Ante mi cara atónita, el hombre me miró con extrañeza: «¿No te acuerdas de mí?». Cuando oyó mi “no” por respuesta, aquel tipo se marchó con aire frustrado. Entonces me repugné: «¿Cómo puedo ser tan mezquino? Debí decirle que sí lo reconocía, aunque no fuera verdad, sólo para que él no se frustrara».
El martes, en la estación del bus, se me acercó otro sujeto que yo no reconocía. Llegó incluso a darme un abrazo como si fuéramos viejos contertulios. Me acordé de mi vileza anterior, ¿y qué hice en esta ocasión? Le seguí la corriente: manejé frases prefabricadas para conducirme como si supiera quién era.
El miércoles distinguí a mi amigo Tomás en una cafetería. Ante mi saludo, mostró sospecha. «¿Ya no te acuerdas de mí?». Cuando oí su “no” por respuesta, le pedí disculpas por haberlo confundido, aunque en mi interior yo seguía insistiendo que era Tomás.
El jueves, en el quiosco de revistas, vi a Bartolo, antiguo compañero de estudios. Al aproximarme, percibí cierto titubeo de su parte, pero correspondió a mi saludo con frases de rigor. Como había observado su vacilación inicial, permanecí con la duda de si en realidad no me estaba reconociendo, pero no quería hacerme sentir mal.
El viernes, en sitios diferentes, sucedió la misma situación del jueves, pero con otras dos personas.
A partir del sábado, decidí no acercarme a nadie “conocido” para saludarlo. No vaya a ser que no me devuelva el saludo, o que yo confunda los rostros, y tengan las personas que fingir que me reconocen.
Ya han pasado muchos domingos desde esa decisión. Me he quedado solo. ¿Moriré con la duda de si me reconocen o no?


Título del próximo cuento: NO PUDIMOS RECUPERAR EL TÍTULO DE ESTE CUENTO
Se posteará: domingo 28 de junio

domingo, 14 de junio de 2009

Ladrón del tiempo

El otro día, Agustín me aseguró que estaba muy arrepentido de haber dilapidado tanto tiempo en su vida. Estaba de acuerdo con ese tocayo suyo que alegaba: “¡Tarde te amé, belleza siempre antigua y siempre nueva!” Quería a toda costa recuperar el tiempo desperdiciado en las filas interminables, en las citas infructuosas, en las esperas innecesarias y en las discusiones estériles. Se dedicó a investigar la relación existente entre la leyenda de la inmortalidad del cangrejo y el hecho de que este crustáceo siempre ha caminado de lado, nunca hacia delante o hacia atrás. Y malgastó tiempo en la investigación y perdió tiempo tratando de no perder tiempo. Agustín inventó un temporal para atrapar el tiempo y congelarlo, pero el invento no funcionó ni siquiera de manera temporal. Se puso entonces a hurtar el tiempo de otros. Me engañó motivándome a redactar este relato, con lo que derroché mi tiempo. Sé que “mal de muchos es consuelo de tontos”, pero no dejo de sentir un leve alivio cuando pienso que también caíste como víctima de Agustín al malograr tu tiempo leyendo estas líneas.


Título del próximo cuento: SEMANA CRUCIAL
Se posteará: domingo 21 de junio

domingo, 7 de junio de 2009

Lo que empieza mal…

Cada botón con su ojal, así lo han aprendido desde que comenzaron a existir.
El primer botón de arriba hizo una rápida búsqueda, encontró un ojal, e inmediatamente se ligaron. El segundo botón, imitando al primero, también dio con su ojal. El botón número tres tampoco lo pensó mucho, y se entregó al ojal más cercano. Lo mismo hicieron el cuarto y el quinto.
Sólo quedaba el sexto botón. El último. Buscó su ojal. No lo encontró. El único ojal disponible estaba muy lejos, demasiado arriba, inalcanzable para el sexto botón. Se quedó solitario.
¿Será que el primer botón, por la prisa, escogió un ojal ajeno?


Título del próximo cuento: LADRÓN DEL TIEMPO
Se posteará: domingo 14 de junio

domingo, 31 de mayo de 2009

Multiplicado y dividido

Nadie se atrevía a contradecir al general. Su palabra y sus acciones eran «batuta y constitución». Esa mañana, su jeepeta estaba parada en la calle, medio a medio, obstruyendo el tránsito. Un pequeño carro intenta continuar su ruta. Rebasa con dificultad la jeepeta, con la mala fortuna de provocarle un pequeño roce en el espejo retrovisor izquierdo.
Las puertas de la jeepeta se abren de inmediato. Se desmonta el general, prepotente, rodeado de tres guardias exhibiendo sus armas largas. Se dirigen al carro chico. Los transeúntes del lugar no presienten nada bueno.
Del pequeño vehículo desciende una señora mayor con movimientos torpes.
«Pero ¿tú no eres Juan Ibarra? ¿No me recuerdas? ¡Juancito! Soy la seño Martínez, tu profe de matemáticas en segundo. ¡Pero cuánto has cambiado! ¡Déjame darte un abrazo, mi muchachito!».
Antes de que los guardias supieran cómo reaccionar, la anciana se tira al general para darle un apretón con sus brazos. El general, abrazado, está perturbado.
«¡Juancito! Te enseñé a multiplicar y dividir… ¿te acuerdas? ¡Y parece que has multiplicado y dividido mucho en esta vida!».
Los guardias intentan intervenir, pero el general permanece callado y aturdido. Deja a la señora en la calle, y se vuelve a montar en su jeepeta. Un guardia, acercándosele, pregunta: «Señor, ¿la llevamos al palacio para ponerle su multa?».
Entonces, el hombre soberbio y temible que aparentaba ser tan desalmado, se siente desarmado. Ocultando la cara con las manos, irrumpe en llanto. Ordena continuar la marcha para alejarse velozmente del lugar.


Título del próximo cuento: LO QUE EMPIEZA MAL...

Se posteará: domingo 7 de junio

domingo, 24 de mayo de 2009

Resina, agua y ajo

Ella colecciona moretones en todo su cuerpo y en su alma. Por eso anda siempre tan cubierta. Dieciséis años con un compañero abusador es mucho tiempo. Demasiado. Dolores ya está cansada, fatigada. En lo que va de este año, ya ha acudido dos veces a la Fiscalía del Distrito para querellarse contra su marido, que en realidad no es su esposo. Está hastiada de los golpes, la presión sicológica, la sensación de ser sólo un objeto usado (mejor dicho, abusado). Está harta de ser la que trabaja duramente para mantener a un vividor que sólo gasta sus ahorros en las juntas con sus amiguetes y amiguitas del colmadón.
No le han servido las visitas amigables del cura párroco, al susodicho. Ni siquiera las palabras del teniente del cuartel han podido ablandar a ese ogro.
Desde hace seis meses, Dolores no muestra ninguna sonrisa. No sólo porque no tiene motivos para sonreír, sino porque le avergüenza mostrar su diente partido por un desafortunado palo blandido por el abusador.
Hoy, Dolores está en rebelión. Decide no tolerarlo más: «Ese desgraciado vago que no trabaja… Ya verá… Me armaré de valor y lo enfrentaré cuando llegue… Va a saber que ya no seré ninguna pendeja… Le pondré tres candados a la puerta, porque esta casa la pagué yo solita con mi dinero».
Mientras piensa en eso, se oye la voz ronca del monstruo, que llega embriagado como siempre. Basta sentir esa mágica voz, y Dolores va directo a la puerta. La abre. Le ayuda a pasar. Lo acomoda. «Mi amor, ¿te preparo un cafecito como a ti te gusta?», dice con acento también embriagado, pero de resina, agua y ajo (resignación, aguantarse y a joderse en ese infierno).


Título del próximo cuento: MULTIPLICADO Y DIVIDIDO
Se posteará: domingo 31 de mayo

martes, 19 de mayo de 2009

Nos quitamos el sombrero

Ayer nos asaltó la noticia de la partida de Mario Benedetti. Los que nos quedamos de este lado, seguiremos declamando, como lo hacía su "fulano": "Cómo voy a creer que la utopía ya no existe".
El maestro Benedetti "estuvo" en nuestra boda, en un poema musicalizado que interpretó el coro... Ya estará recitando, no con Daniel Viglietti, sino en otro "coro".
Hoy hago una excepción para postear un escrito suyo. No es un poema romántico ni un relato político, quiero recordar su fino sentido del humor en un microrrelato:


Todo lo contrario

-Veamos –dijo el profesor-. ¿Alguno de ustedes sabe qué es lo contrario de IN?
-OUT – respondió prestamente un alumno.
-No es obligatorio pensar en inglés. En Español, lo contrario de IN (como prefijo privativo, claro) suele ser la misma palabra, pero sin esa sílaba.
-Sí, ya sé: insensato y sensato, indócil y dócil, ¿no?
-Parcialmente correcto. No olvide, muchacho, que lo contrario del invierno no es el vierno sino el verano.
-No se burle, profesor.
-Vamos a ver. ¿Sería capaz de formar una frase, más o menos coherente, con palabras que, si son despojadas del prefijo IN, no confirman la ortodoxia gramatical?
-Probaré, profesor: “Aquel dividuo memorizó sus cógnitas, se sintió fulgente pero dómito, hizo ventario de las famias con que tanto lo habían cordiado, y aunque se resignó a mantenerse cólume, así y todo en las noches padecía de somnio, ya que le preocupaban la flación y su cremento.”
-Sulso pero pecable –admitió sin euforia el profesor.


Mario Benedetti (Despistes y franquezas)

domingo, 17 de mayo de 2009

Incompatibilidad

Un montón de arena decidió unirse a otro. Se sentía feliz, porque uniéndose seguían siendo un montón de arena. Pero el otro se decepcionó: pensaba que iban a ser dos.


Título del próximo cuento: RESINA, AGUA Y AJO
Se posteará: domingo 24 de mayo

domingo, 10 de mayo de 2009

Distorsiones

Amigas de infancia: Raquel, con cuerpo de barbie, ha desfilado en grandes pasarelas como top model; Sara es rechoncha, con gruesos lentes, semejante a la chilindrina. Las dos participan en la inauguración de la Ciudad Mecánica, el deslumbrante parque de diversiones publicitado desde hacía meses.
Por donde caminan, Raquel recibe piropos de indiscretos admiradores. Ambas se ríen.
Sara propone visitar el Salón de los Espejos, en donde uno se nota desfigurado por las imágenes deformadas que reflejan las láminas. «Es que me veré gorda y fea», alega Raquel para negarse a entrar. «Precisamente ésa es la idea: ¡que nos riamos viéndonos en esos espejos!», la convence Sara.
Adentro, Raquel se ve obesa y de muy baja estatura en un espejo distorsionado. Sara se ve altísima y exageradamente delgada en otro espejo. Ambas se ríen…
Pasan a montarse en el Martillo Espacial, intensa montaña rusa. Luego de tantas vueltas a velocidades extremas, las dos terminan con risas agitadas. Sara siente mareos y náuseas; se encierra en un sanitario para vomitar, mientras Raquel se ríe…
Allí, frente al lavabo, Raquel se mira en un espejo, que no está distorsionado. Entonces siente náuseas; se encierra en un sanitario para vomitar, mientras Sara llora.


Título del próximo cuento: INCOMPATIBILIDAD
Se posteará: domingo 17 de mayo

domingo, 3 de mayo de 2009

Objeto de admiración

El artista recibía cientos de cartas de elogio. Gustaba de cargar sus propias obras para presentarlas al público y, toda vez que mostraba una nueva escultura, se escuchaban los aplausos de la multitud. En esta ocasión talló una gigantesca maternidad en un tronco de madera delicada y frágil. Con su última obra en los brazos, salió a la calle. Los aplausos se oyeron de inmediato. Levantó una mano para saludar y recibir los aplausos. La escultura se cayó, despedazándose: un brazo rodó por allá, un dedo por ahí y una nariz por acá. Los aplausos cesaron de inmediato: eran para la obra, no para su autor.


Título del próximo cuento: DISTORSIONES
Se posteará: domingo 10 de mayo

domingo, 26 de abril de 2009

Psiquiátrico urbano

La primera vez que la vi, yo estaba volviendo tarde de mi trabajo. En la esquina de mi casa estaba aquella señora de unos 60 años. Parecía una desquiciada de mirada incierta parloteando a viva voz. De lejos, no distinguía sus palabras. De cerca, daba lástima verla con sus ojos airados lanzando palabras insolentes e impublicables, que herían cualquier oído, menos los de algunos transeúntes que hacían una pausa en su camino para reírse. Ella parecía dirigirse a algún ser invisible que, gracias a su incontrolable imaginación, estaba en la acera de enfrente.
Después de tres noches seguidas, ya me estaba acostumbrando a su vespertina rutina de las 10. Esa noche descubrí un hombre de unos 60 años que, con una ligera sonrisa, la miraba sin pestañear, como si la vigilase. Al final del “discurso” de la loca, él se acercó con mucha delicadeza, y con gestos tiernos la llevó a un carro y se fueron juntos, conduciendo él con su ligera sonrisa.
La escena se repitió por cuatro noches más.
La demente llevaba una semana desahogándose en su acera, gracias a su solícito “marido” (porque ¿quién más podría ser?) que, religiosamente, la llevaba a la calle, la cuidaba con su mirada, y la volvía a su casa.
En medio de ese pertinaz drama de locura, me parecía abnegable y hasta noble, la actitud del esposo; así que me coloqué a su lado para mirarla y, faltando a la prudencia, le pregunté: «Usted la ama mucho, ¿cierto?». El hombre dejó su ligera sonrisa, desvió su mirada desde ella hacia mí, adquirió un aire airado y empezó a lanzarme palabras insolentes e impublicables que herían mi oído. Ella dejó de gritar, desvió su mirada del “invisible” de enfrente hacia su marido, y dibujó una ligera sonrisa.
Cuando el hombre terminó su “discurso” contra mí, ella se acercó con mucha delicadeza, y con gestos tiernos lo llevó a un carro y se fueron juntos, conduciendo ella con su ligera sonrisa, mientras decía: «Sigamos felices en casa. Antes de que nos contagien, vámonos de este manicomio.»


Título del próximo cuento: OBJETO DE ADMIRACIÓN
Se posteará: domingo 3 de mayo

domingo, 19 de abril de 2009

Reciclaje

Aquella madre había descubierto que cada área de su corazón tenía un color diferente: la zona verde, la zona roja, la amarilla, la negra, la blanca, la violeta, la rosada, la gris, la azul…
Aun con tantas tonalidades, su corazón dejaba pasar la luz. Por eso, la tarde que lo destrozaron, ella recogió sus pedazos de corazón, y con ellos creó un vitral para el campanario de la catedral.


Título del próximo cuento: PSIQUIÁTRICO URBANO
Se posteará: domingo 26 de abril

domingo, 12 de abril de 2009

Sudor

Constituido en juez, el procurador lo observaba, convencido de su inocencia. Procuraba distintos argumentos para indultarlo, infructuosamente. Entonces se acordó de un precedente. Ordenó a su ayudante que le trajera agua en un lavamanos de porcelana. Éste le informó preocupado: «Lo sentimos, magistrado, pero no nos queda ninguna gota de agua después de esa sequía tan tenaz.» Fue cuando el rostro del procurador palideció de terror, mirando sus manos. Sudaban copiosamente. Las lavó con su mismo sudor. Afuera, la multitud enardecida seguía vociferando: «¡Inyección letal! ¡Inyección letal!»


Título del próximo cuento: RECICLAJE
Se posteará: domingo 19 de abril

domingo, 5 de abril de 2009

¿Y entonces…?

Pinocho fue acorralado por sus compañeros de curso a la hora de recreo. Querían clarificar sus sospechas para despejar dudas.
«Está bien, les confieso la verdad: cuando miento, se me alarga la nariz… sólo si digo mentiras.»
Pero dicho esto, la nariz de Pinocho empezó a crecer y se hizo muy larga; con lo cual, dejó a sus compañeros aún más confundidos.


Título del próximo cuento: SUDOR
Se posteará: domingo 12 de abril

domingo, 29 de marzo de 2009

¿Show sadomasoquista?

Él sentía un placer especial cuando palpaba la piel de ella. Le encantaba tomarla, hacerla suyo, acariciar su cuero. No encontraba otra manera de expresarle su cariño, si no era a fuerza de golpes: exhibía su afecto con bofetadas. Él blandía su palo. Y ella profería sus potentes gritos cuando, por un lado, recibía manotazos de su hombre, mientras por el otro, soportaba con estoica firmeza los golpes del palo.
El público, ávido de más cachetadas, se puso de pie, aplaudiendo y vitoreando todo esto. Sucedía a la vista de todos, formando parte de un ritual llamado merengue.


Título del próximo cuento: ¿Y ENTONCES...?
Se posteará: domingo 5 de abril

domingo, 22 de marzo de 2009

Oh feliz ingenuidad

Un pecesito volaba por el cielo, llevando una flor con un pequeño sol por corola, para regalarla al gran Sol. El pecesito no sabía que los peces no volaban, por eso estaba volando. Nadie le había informado que las flores no eran soles, por eso llevaba un sol en forma de flor. No oyó cuando le dijeron que los peces no podían acercarse al Sol, por eso ya estaba alcanzando al Sol.


Título del próximo cuento: ¿SHOW SADOMASOQUISTA?
Se posteará: domingo 29 de marzo

domingo, 15 de marzo de 2009

El poder de la crítica

Érase una vez un maestro de pintura que realizaba tan bien su trabajo, que los personajes plasmados en el lienzo parecían tridimensionales, como si fueran estatuas.
Los críticos de pintura no se atrevían a escribir sobre sus obras; decían que, como parecían estatuas, debían de comentarlas los críticos de escultura. Los críticos de escultura se abstenían de opinar, alegando que eso les correspondía a los críticos de pintura, pues las obras del maestro eran puros colores sobre lienzo.
El maestro, deprimido por la carencia de críticas, decidió pintar sólo personajes en dos dimensiones. Entonces, todos los críticos de arte coincidieron al declarar que “había rebajado el nivel de su creación”.
Finalmente, el artista optó por pintar y esculpir en música.


Título del próximo cuento: OH FELIZ INGENUIDAD
Se posteará: domingo 22 de marzo

domingo, 8 de marzo de 2009

Y se sentó a esperar

Ellas eran dos: una madre soltera y su hija única. Dominante la una, y sumisa la otra. La hija quería ser diseñadora de modas, pero estudió medicina por presión de su madre: Desde pequeña, aprendió a vivir la vida de su madre, calladamente.
Nunca se atrevió a decirle lo herida que estaba desde la primera vez que oyó: «Eres fruto de un accidente indeseado.» Quería odiarla, pero no podía, pues era su madre. Deseaba gritar, pero no debía, pues había aprendido, desde el primer castigo severo en su infancia, que “resignarse es de buena educación”.
Dejó de estudiar, el día en que su madre, ya enferma, se lo ordenó. Se dedicó a cuidarla, atenderla, bañarla… A fin de cuentas, era su madre, y había que ser buena hija. Así fue criada: para convivir (o más bien: conmorir) con el miedo.
La madre, presintiendo su partida inminente al más allá, impuso de nuevo: «No le temo a la muerte… Cárgame y ponme en la silla.»
La hija obedeció de nuevo. Había obedecido tantas veces, que una vez más es lo de menos. Además: “es su última orden”, pensó. Cargó a su madre desde la cama hasta la silla.
Y la madre refunfuñó como siempre. Y se sentó a esperar la muerte.
La hija tomó otra silla. La colocó frente a su madre. La vio sentada, esperando lo irreversible. Entonces, la comisura de los labios de la muchacha se curveó en una leve sonrisa… Y se sentó a esperar la vida.


Título del próximo cuento: EL PODER DE LA CRÍTICA
Se posteará: domingo 15 de marzo

domingo, 1 de marzo de 2009

El ilusionista

Desde niño incursionó en la prestidigitación. En las fiestas navideñas animaba el ambiente familiar con su show de magia: desaparecía huevos, conejitos de peluche, relojes y cuantos objetos le entregaban. Además dibujaba corazones de papel, el público los rompía y él, por arte de magia, los recomponía.
En la familia, todos sabían que lo suyo era puro ilusionismo: que, aunque el huevo desaparecía, en realidad seguía ahí, oculto, de alguna manera, a la vista.
Con los años, se había convertido en todo un showman: la multitud pagaba para ver cómo era capaz de desaparecer conejos reales y hasta su hermosa asistente. Incluso circulaba en internet un video en donde se veía que él desaparecía la Estatua de la Libertad. Tenía el don de quitar de la vista, con presteza, todo lo que se proponía.
En su última presentación, llegó hasta el extremo. Después de desaparecer sillas, mesas, jirafas, carros, autobuses y hasta personas voluntarias, hizo desaparecer su propio corazón y su propia mente. Finalmente, él mismo se desapareció.
Hoy, algunos piensan que, como lo suyo era puro ilusionismo, en realidad su corazón y su mente, desaparecidos, continúan en sus puestos, sólo que están ocultos, esperando que el mismo ilusionista los recomponga. Pero él no aparece.


Título del próximo cuento: Y SE SENTÓ A ESPERAR
Se posteará: domingo 8 de marzo

domingo, 22 de febrero de 2009

Violencia doméstica

«Espero que esta vez no me joda cuando llegue a casa», pensaba ella, mientras manejaba. Estacionando el carro, presiente la mirada de él que la acecha desde la ventana. La joven abre la puerta para entrar, y él, súbitamente se le abalanza. Ella apenas le presta atención, sólo le da una fugaz caricia en la cara, para salir del paso. Él no se conforma: desea más. En sus ojos se ve que está hambriento de más. «¡Déjame tranquila!» La chica trata de ignorarlo, pero él hace caso omiso a su reclamo y la sigue por todas partes hasta la alcoba. Le toca las piernas descontroladamente. Él ya está jadeando, lamiendo la piel de ella. «No estoy para ti hoy. Estoy muy cansada.» La respuesta de él no se hizo esperar: «¡Guau!», dijo cariñosamente, mientras agitaba su rabo con fuerza, esperando su galletica de cachorrito.


Título del próximo cuento: EL ILUSIONISTA
Se posteará: domingo 1 de marzo

domingo, 15 de febrero de 2009

Transparencia

Una extraña virosis la fue cegando de manera irreversible. En cuestión de días, sus ojos perdieron la luz: quedó completamente ciega.
Vivió en la oscuridad por mucho tiempo, hasta que una mañana, misteriosamente, alcanzó a distinguir un par de estrellas. No era capaz de ver otra cosa, sólo las dos estrellas.
Más tarde, se dio cuenta de que eran transparentes. A través de las estrellas, distinguía la belleza de las formas y los colores que anidaba detrás de ellas: todo un universo de constelaciones se asomaba dentro de esos soles.
Así recuperó la visión, y aprendió que el amor no era ciego: ella veía por los ojos de su amado. ¿O era que el amado veía por ella?


Título del próximo cuento: VIOLENCIA DOMÉSTICA
Se posteará: domingo 22 de febrero

domingo, 8 de febrero de 2009

Otro rincón: La esquina del profeta

Informo a mis amigos que pasan por este blog, que ya pueden entrar a la esquina del profeta. Es otro espacio en donde escribo microrrelatos con un personaje simpático (¿o antipático?), a quien llamo el profeta. Transcribo el párrafo de la presentación del blog:

«Anunciar y denunciar, ser voz para la Palabra: es la misión del profeta. (¿Qué sería la Palabra sin la voz? ¿Qué sería la voz sin la Palabra? ¿Aire sin pulmones? ¿Pulmones sin aire?). Estos microrrelatos ficticios son reales. El modelo bien pudo ser Óscar Arnulfo Romero, Martin Luther King, Teresa de Calcuta, Emiliano Tardif, Roger de Taizé, la Gospa de Medjugorje... Testigos, santos, maestros que nos muestran una manera de pensar para una manera de vivir. El profeta nos acomoda las piezas del Reino. También nos incomoda... y desacomoda nuestros modos y nuestras modas.»

Para que sigan la secuencia, les pido que lean los posts de abajo hacia arriba, es decir: empezando por el primero en orden cronológico. También les pido sus comentarios en los relatos que más les llamen la atención o la tensión.
Abrazos de este taiwanés-dominicano-neoyorkino-ciudadano del universo. Click:

http://laesquinadelprofeta.blogspot.com/

Presentes anticipados

Es temprano en la mañana y ya la delgada se ha puesto el uniforme de la empresa. Sin desayunar, sale de volada, con una caja de bizcochos en sus manos. Se oye el reclamo de su madre: «Acuérdate de arreglar tu cuarto, no vayas tan de prisa… No olvides que hoy…» A la delgada le da tirria esa demanda cotidiana, no escucha: ya está corriendo. Sólo piensa en lo que le depara: mañana será el onomástico de su jefe, y hoy ella quiere sorprenderlo con unos bizcochos como presentes anticipados para el festejo.
Corre hacia la estación del metro. Casi alcanzándola, la estación parece que cobra vida y se coloca más lejos. La delgada se sorprende. Piensa que quizás aún está dormitando. Sigue corriendo por llegar a la estación, y de nuevo, ésta se aleja. Así sucede unas tres o cuatro veces más, hasta que finalmente la delgada logra atrapar la estación y descender por sus escalones, justo para ver que un tren se ponía en marcha. La delgada corre como si pudiera alcanzarlo. Desiste, y se detiene resignada a esperar al próximo tren, con la caja de bizcochos en sus manos.
Se presenta otro tren, mucho más moderno. La delgada se abalanza sobre él. Apresura sus pasos para ubicarse en un asiento, con la caja de bizcochos en sus manos.
Minutos después, el tren se detiene en la parada de la empresa. La delgada mira su reloj: son las 7:52 a.m. Se abre paso rápidamente, empujando a algunos. Llega a la oficina, con la caja de bizcochos en sus manos. Es cuando se da cuenta de que todo está cambiado: no reconoce al portero, tampoco recuerda haber visto a esa recepcionista. La sala tiene un aspecto diferente, con adornos irreconocibles. Una mujer de años acumulados, boquiabierta, la mira con ojos asombrados, como si alucinara; se diría que es Lucía, la amiga de la delgada, pero ¿cómo le han brotado esas canas de un día para otro?
La caja en las manos de la delgada luce vieja y arrugada. Cuando la abre, no encuentra ningún rastro de los bizcochos. El terror se va asomando. El reloj marca las 8:02. La delgada quiere volver atrás, pero una fuerza invisible en su espalda lo impide. Apenas está descubriendo que no puede vivir en el futuro ni volver al pasado.


Título del próximo cuento: TRANSPARENCIA
Se posteará: domingo 15 de febrero

domingo, 1 de febrero de 2009

Estar en el medio

Érase una vez una ventana que se cansó de ser un hueco en el muro: «No me quedaré aquí encerrada como si fuera pintada en la pared. ¡Quiero estar en el medio y hacerme notar!» Prefirió abandonar la pared y se colocó en el centro de la sala. Allí nadie advirtió su presencia, pues sólo era un hueco en el vacío.

Título del próximo cuento: PRESENTES ANTICIPADOS
Se posteará: domingo 8 de febrero

domingo, 25 de enero de 2009

Los intrusos

No recordaba cuándo empezó a ver a ese intruso dentro de su propia casa. Lo cierto era que lo veía frecuentemente. Al principio se asustó, pero luego se fue acostumbrando a mirarlo a la cara. Se dio cuenta de que, aunque tenía miedo del desconocido, éste también lo miraba con pavor: los temores eran mutuos.
Al pasar los días y las semanas, ya no aguantaba verlo más. Lo detestaba; pero por más que lo amenazaba, no se marchaba.
Un día, el extraño personaje no dio más señales de vida. Como si existiera alguna secta secreta, una mujer perseguidora ocupó su lugar. Nuestro hombre no la soportaba. Incluso notaba que lo seguía a algunos lugares públicos. Comenzó a sospechar que la misteriosa mujer adivinaba su pensamiento: cada vez que levantaba su puño para amedrentarla, ésta alzaba el suyo con rapidez, y así ambos se contenían.
Pensó en avisar a la policía, pero optó por ignorarla, hasta que aquella noche, precisamente en el baño, vio a la intrusa desnuda. No pudo tolerarla más. «¡Quién se ha creído ésta para meterse en mi propia casa sin permiso!» Rápidamente le propinó un golpe a la cara.
Con el puño ensangrentado, contempló los pedazos del espejo regados por el suelo. Su nerviosismo se descontroló cuando descubrió que, en cada pedazo, estaba aquella entrometida. Entonces fue que dudó sobre si fue acertada su decisión de someterse a esa cirugía de cambio de sexo.


Título del próximo cuento: ESTAR EN EL MEDIO
Se posteará: domingo 1 de febrero

domingo, 18 de enero de 2009

Vivencias

El astronauta ofreció la esperada conferencia de prensa. La tecnología logró que el mundo entero, como aldea global, fuese testigo de este magno acontecimiento histórico: la llegada del hombre a otro planeta.
Respondió todas las preguntas de los periodistas de todos los países. Describió lo que vio y tocó en ese planeta. Mostró las pruebas en las rocas extraídas. Hasta expresó sus emociones. El astronauta no paraba de hablar, como si no hubiera palabras suficientes para contener su experiencia.
Años después, el astronauta emprendió otra misión. Esta vez, el viaje era aún más extenso. Llegó a internarse muy lejos. Cuando regresó, todos lo notaban diferente. En esta ocasión no hubo ruedas de prensa. Sus amigos lo rodeaban y le cuestionaban. Él intentaba describir su viaje; pero se quedaba callado. Lo que había visto era inenarrable. Se había adentrado hasta los rincones más recónditos, y no había manera de describirlos.
El silencio era lo que le quedaba, después de su largo viaje al interior de sí mismo.


Título del próximo cuento: LOS INTRUSOS
Se posteará: domingo 25 de enero

domingo, 11 de enero de 2009

Terminado el tiempo de Navidad con los “cuentos infantiles”, volvemos a los cuentos “para adultos”. Sólo espero nunca dejar de ser “niño”. Empezamos con un microrrelato, dedicado a los niños de Gaza, de Irak y de tantos otros lugares en donde decir “jugar a la guerra” es un zapatazo insultante.

Daños colaterales

Disparada por el ejército de ocupación, la bomba cayó sin estallar, a unos 70 metros del patio de la escuela. Minutos después, los niños salieron a jugar. Hacía tiempo que no recibían un juguete nuevo.


Título del próximo cuento: VIVENCIAS
Se posteará: domingo 18 de enero

domingo, 4 de enero de 2009

El ladroncillo de sombras

Desde que era muy pequeñito, Esteban soñaba con poseer el cariño de todos. Cuando no lograba ser el centro de atención, se entristecía. Muchas veces, las personas se alejaban de Esteban, precisamente por su reiterado énfasis en despertar el interés de todos hacia él. Ya siendo un niño grande, seguía empeñado en llamar la atención.
Un día soleado, Esteban contemplaba cómo las personas buscaban las sombras para cobijarse. Entonces tuvo una idea: «Si me apodero de muchas sombras, atraeré mucha gente hacia mí.»
Se dedicó a acechar las sombras ajenas, para robarlas. Primero usurpó la sombra de un compañero del colegio. Luego arrebató la sombra de su profesor de deporte, que era un fortachón. A seguidas, sus padres perdieron sus sombras “misteriosamente”… Dondequiera que iba Esteban, notaba que las sombras lo rodeaban.
Su afición por robar sombras siguió aumentando. Pronto ninguna persona de su colegio tenía sombra. Incluso empezó a despojar de sus sombras a las cosas. Desapareció la sombra del viejo molino, también la del obelisco del Parque Mayor. Igual pasó con la sombra del edificio de Correos.
La ciudad entera se alborotó. Hasta el alcalde perdió su sombra; lo mismo el cura, el jefe de los bomberos y doña Ana, la repostera. Las sombras de los árboles también fueron robadas. Ni siquiera las sombrillas daban sus sombras, ni las nubes… Esteban hurtó todas las sombras. Las acaparaba. Adonde llegaba, exhibía su colección de sombras.
En esos días tan calurosos, poco a poco fueron llegando personas sin sombras a refrescarse bajo las sombras de Esteban. Se sentía orgulloso porque finalmente captaba la atención total: ¡todos querían ir a donde él, pues era el único que tenía sombras! Con ese monopolio de sombras, hasta en los pueblos vecinos se corrió la noticia de que Esteban tenía sombras refrescantes. Era común escuchar, por ejemplo, que una niña le decía a su madre: «Voy a donde Esteban para “asombrarme”.» “Asombrarse” se acuñó popularmente como sinónimo de “ir-a-donde-Esteban”.
Era curioso. Según el ángulo en que uno se colocaba, se veía a Esteban proyectando sombras diferentes: la de una torre o de un viejito, la de una iglesia o de un caballo, etc.
Fue creciendo el tumulto en torno a Esteban. El panadero peleaba con la dueña del salón de belleza: «Oye, que esta sombra grande la encontré yo primero. ¡Aléjate de aquí!» La hija del gobernador golpeó a la prima del joyero a causa de una disputa por un pedazo de las sombras de Esteban. «¿Pero quién te crees que eres?» «¡Yo llegué antes que tú, hija de tu padre!» Ni el policía podía controlar el desorden: andaba muy preocupado buscando rastros de su propia sombra. ¡Tremendos líos se armaron!
Esteban no estaba feliz. Las personas lo rodeaban, pero no era por él, sino por sus sombras. Además, todos estaban enojados y peleándose.
Para no mirar las riñas a su alrededor, el muchacho levantó la mirada al cielo. Entonces vio al Sol. Ahí estaba, resplandeciente.
«Buenos días», saludó el Sol.
«Hoy no ha sido un día bueno», le respondió Esteban.
«¿Por qué no? Pues yo me siento radiante.»
«Es que acumulé las sombras, pensando que así yo iba a ser feliz, pero parece que me equivoqué...»
En ese momento, Esteban cayó en la cuenta de que el Sol era el único a quien no le había robado la sombra. Y sin embargo, el Sol no tenía sombra y parecía feliz.
«Sol, ¿por qué te quedaste sin sombra, si a ti no te he robado?»
«Es que yo no almaceno sombras, al contrario: las reparto.»
«¿Y así puedes estar tan radiante?», le cuestionó el chico.
El Sol le compartió su testimonio:
«Soy feliz cuando me doy a los demás, cuando reparto de mis dones.»
«Quisiera devolver a cada uno su sombra, pero no puedo porque son muchos a quienes repartir.», le confesó Esteban.
El Sol se ofreció:
«No te preocupes. Si quieres, yo me encargo de regresar cada sombra a su dueño.»
Como por arte de magia, todas las sombras volvieron a sus correspondientes dueños. Las discusiones cesaron. La paz volvió a la ciudad.
Mientras tanto, Esteban, recordando las sabias palabras del Sol, probó donarse a los demás. En vez de amontonar, comenzó a repartir de sus propios dones: sonreía a todos, compartía su amistad, ayudaba con sus talentos... Y ¡sorpresa! las personas empezaron a acercarse a Esteban, no por ninguna sombra, sino porque les parecía un muchacho tan simpático.
Y el Sol se ocultó tras las montañas y descansó feliz.


Título del próximo cuento: DAÑOS COLATERALES
Se posteará: domingo 11 de enero