domingo, 24 de mayo de 2009

Resina, agua y ajo

Ella colecciona moretones en todo su cuerpo y en su alma. Por eso anda siempre tan cubierta. Dieciséis años con un compañero abusador es mucho tiempo. Demasiado. Dolores ya está cansada, fatigada. En lo que va de este año, ya ha acudido dos veces a la Fiscalía del Distrito para querellarse contra su marido, que en realidad no es su esposo. Está hastiada de los golpes, la presión sicológica, la sensación de ser sólo un objeto usado (mejor dicho, abusado). Está harta de ser la que trabaja duramente para mantener a un vividor que sólo gasta sus ahorros en las juntas con sus amiguetes y amiguitas del colmadón.
No le han servido las visitas amigables del cura párroco, al susodicho. Ni siquiera las palabras del teniente del cuartel han podido ablandar a ese ogro.
Desde hace seis meses, Dolores no muestra ninguna sonrisa. No sólo porque no tiene motivos para sonreír, sino porque le avergüenza mostrar su diente partido por un desafortunado palo blandido por el abusador.
Hoy, Dolores está en rebelión. Decide no tolerarlo más: «Ese desgraciado vago que no trabaja… Ya verá… Me armaré de valor y lo enfrentaré cuando llegue… Va a saber que ya no seré ninguna pendeja… Le pondré tres candados a la puerta, porque esta casa la pagué yo solita con mi dinero».
Mientras piensa en eso, se oye la voz ronca del monstruo, que llega embriagado como siempre. Basta sentir esa mágica voz, y Dolores va directo a la puerta. La abre. Le ayuda a pasar. Lo acomoda. «Mi amor, ¿te preparo un cafecito como a ti te gusta?», dice con acento también embriagado, pero de resina, agua y ajo (resignación, aguantarse y a joderse en ese infierno).


Título del próximo cuento: MULTIPLICADO Y DIVIDIDO
Se posteará: domingo 31 de mayo

6 comentarios:

Laura E. dijo...

saber porqué me rio chino? nos cansamos de afanar por las cosas pasajeras, por hacer sentir bien a los demás, por el miedo de sentirnos rechazados... y se nos va la vida irónicamente de las manos que tanto la apretaron para que no se fueran tan pronto... tontos humanos nosotros... mientras al prójimo no lo protegemos con amor...
tontos humanos...

Besitos chino!

Yuan dijo...

Este relato intenta retratar la vida de muchas "enfermizas" que he conocido, incapaces de liberarse de una sumisión avasalladora... por tantas "razones"...
Abrazo!

Anónimo dijo...

Que fuerte y que bien retratado ....tristemente real.
Ahora, hay tantas tambien que no reciben un solo golpe fisico y sin embargo, tienen el alma llena de moretones, todo bajo el disfraz de la perfección y la "sujeción".

Un abrazo Yuan.

Yuan dijo...

Brisa Nocturna:
Pues sí, usualmente, los moretones interiores son peores que los exteriores.
Creo que hace falta expresarse(exteriorizar la presión), para sanarse.
Abrazo pa ti.

Ivelisse Paulino dijo...

Esta realidad que se esta viviendo hoy en dia... Tanto acostumbrarse a recibir maltrato porque "no nos queda de otra", porque "no somos nada", porque "yo me lo gane". Aguantar lo que sea porque "a donde ire", "no tengo dinero", "a volver donde mi madre, jamas"... Dejar de sonreir, dejar de vivir.. Si no nos valoramos nosotras mismas, quien lo hara por nosotras?

Bendiciones Yuan!

Yuan dijo...

Sí, Ive.
Creo que la situación del relato no se limita a las mujeres ni a un solo tipo de apego.
La expresión "agua y ajo", lo escuché por primera vez contado por Alberto Cortés, aunque en otro contexto.
Abrazo.