domingo, 22 de marzo de 2009

Oh feliz ingenuidad

Un pecesito volaba por el cielo, llevando una flor con un pequeño sol por corola, para regalarla al gran Sol. El pecesito no sabía que los peces no volaban, por eso estaba volando. Nadie le había informado que las flores no eran soles, por eso llevaba un sol en forma de flor. No oyó cuando le dijeron que los peces no podían acercarse al Sol, por eso ya estaba alcanzando al Sol.


Título del próximo cuento: ¿SHOW SADOMASOQUISTA?
Se posteará: domingo 29 de marzo

3 comentarios:

Laura E. dijo...

Amor abrazante del sol... supongo que el pecesito se quedó todo abobado contemplando tal luz.

Como el amor... uno nada más se lanza y ya jeje ;)

Como el amor... sólo se da sin importarle nada.

Abrazoote taiwanes!

Anónimo dijo...

Y seguro que no se quemó!, sino que el calor y la luz pura lo hicieron brillar....

Abrazo Yuan :)

Yuan dijo...

Laura:
"Como el amor... uno, como pez, nada más, y nada más se lanza y ya".
Espero verte en RD.

Brisa:
Y si el pecesito se quemó? Felizmente quemado! Todo es posible...
Otro abrazo ;o)