domingo, 14 de junio de 2009

Ladrón del tiempo

El otro día, Agustín me aseguró que estaba muy arrepentido de haber dilapidado tanto tiempo en su vida. Estaba de acuerdo con ese tocayo suyo que alegaba: “¡Tarde te amé, belleza siempre antigua y siempre nueva!” Quería a toda costa recuperar el tiempo desperdiciado en las filas interminables, en las citas infructuosas, en las esperas innecesarias y en las discusiones estériles. Se dedicó a investigar la relación existente entre la leyenda de la inmortalidad del cangrejo y el hecho de que este crustáceo siempre ha caminado de lado, nunca hacia delante o hacia atrás. Y malgastó tiempo en la investigación y perdió tiempo tratando de no perder tiempo. Agustín inventó un temporal para atrapar el tiempo y congelarlo, pero el invento no funcionó ni siquiera de manera temporal. Se puso entonces a hurtar el tiempo de otros. Me engañó motivándome a redactar este relato, con lo que derroché mi tiempo. Sé que “mal de muchos es consuelo de tontos”, pero no dejo de sentir un leve alivio cuando pienso que también caíste como víctima de Agustín al malograr tu tiempo leyendo estas líneas.


Título del próximo cuento: SEMANA CRUCIAL
Se posteará: domingo 21 de junio

6 comentarios:

Laura E. dijo...

conchale chino... mi tiempo!
tan rápido que ha pasado y cada día siento que no he hecho nada :S

Yuan dijo...

¿Cómo que no has hecho nada?
Que no te dé la famosa "crisis de los 40" antes de los 40...
Para Caminemos Unidos... siempre hay un espacio grande en mí!!!
Abrazo!

Anónimo dijo...

Cuando tenga tiempo iré a hablar con Agustín :P!

Ay el tiempo...

Un abrazo.

Yuan dijo...

Gracias, Brisa, por "perder" tu tiempo en este blog.
Me cuentas lo que te diga Agustín.
Abrz!

ojo humano dijo...

También llegué hasta el final de la historia. Bien, una buena manera de "perder" minutos.
Saludos.

Yuan dijo...

Caiste en el gancho, ojo humano.
Por eso me gusta la eternidad, al estilo divino: sin tiempos.
Saludos!