Akón, el anciano, descansaba en su mecedora a la sombra del viejo roble, cuando fue sacudido por una voz familiar que lo tuteó agitándolo:
«Akón, ¿tú crees que Dios también llora como yo?».
El anciano se ha quedado meditabundo ante la inesperada pregunta lanzada por su nieta Teresa que lo miraba con ojos aguados (había tenido un mal rato en su escuela con algún niño).
«Dios llora cada vez que hay una necesidad en sus hijos, los hombres y las mujeres», respondió el abuelo luego de la pausa. «Las lágrimas de Dios descienden como lluvia invisible en aquellos lugares en donde hay gente necesitada de amor, compasión, paz y alegría; pero no todos se dejan mojar por el llanto de Dios».
«Si es así, Dios vive llorando… con tanta necesidad que hay en todas partes…», dijo la chica en voz baja y apenada.
Akón sonrió con ternura:
«Sí, pero también vive riéndose, porque cuando una gota de lágrima divina toca a alguien, penetra hasta el centro de su ser, le hace sentir un cosquilleo en su corazón, y esta persona hace un acto de bondad: un gesto de ternura y de amor. Entonces Dios sonríe y hasta se ríe. Por eso, en los sitios en donde hay mayor necesidad, hay mayor solidaridad. ¿Te das cuenta? En donde Dios llora más, también hay más actos de bondad, porque son más quienes se dejan mojar por las santas lágrimas. Donde abunda el llanto, sobreabunda la risa».
Ahora le tocó el turno a ella de quedarse pensativa.
«Cada vez que alguien realiza un acto de bondad es porque le ha caído una lágrima bajada del cielo», agregó Akón.
Una sonrisa se dibujó en los labios de la muchacha, mientras observaba una lágrima rodando por la mejilla de su abuelo.
«¡Siento una cosquillita en mi corazón!», exclamó Teresa acercándose hacia su abuelo. «¿Será que me ha caído una lagrimita de Dios?».
Un beso en la mejilla del anciano ―justo donde estaba la lágrima―, acompañado de un cariñoso abrazo, coronó un instante de ternura. Akón sonrió. En ese mismo momento se oyeron unos aplausos y una carcajada… Venían del cielo.
Título del próximo cuento: TON TIN TON
Se posteará: domingo 27 de diciembre
2 comentarios:
Wow, me chiflan (gustan muchísimo) los cuentos infantiles. Creo que son la mejor forma y la más antigua de transmitir creencias, valores y ayudar a los niños y no tan niños a tomar buenas decisiones. Estoy convencida que Dios llora y ríe, que tiene el sentido del humor más increíble y que es el narrador de cuentos más alucinante...
¿como si no podríamos escribir historias como ésta? Por algo estamos hechos a su imagen y reflejamos "un poquito" su fuerza creativa.
Preciosa historia, Yuan. Gracias por regalarnos estos minutos de ternura.
With love in Jesus, I wish Laura and you Happy Christmas.
Paloma
Hi Dove:
Que el Creativo te bendiga con más creatividad en estos próximos días!
I wish you Merry Christmas and a great year!
Best,
Yuan
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