domingo, 29 de mayo de 2011

De abrir y cerrar de ojos

En la última era glacial, una elfina muy niña sacudió a su padre: «¡Tengo frío!». Su papá le pidió abrir su mirada aniñada. Así le entró calor a su cuerpecito. Entonces, su padre, aterido, tiritó de frío. Cerró su mirada adulterada. Así guardó calor en su delirio.

No hay comentarios: