Disfrazado de paisano, Dios bajó a la feria como uno más. Tomó un cartón de bingo para jugar. Sabía perfectamente cuál cartón iba a ganar, pero prefirió escoger otro. Así, cuando otro paisano gritaba «¡bingo!», el disfrazado sonreía.
Así fue, tal como me lo soñé la otra noche. Feliz Pascua para todas las personas que tienen un paisano a su lado.
Yuan
2 comentarios:
Uf, la verdad es que Él siempre elige el "peor" papel según el mundo entiende...es el que sirve, el que lo paga por todos, el que está al lado sin llevarse los premios o las alabanzas...eso me recuerda que debiéramos ser mas agradecidos por tanto como recibimos...
Abrazos, Yuan!
Paloma:
En realidad no fue un argumento fruto de mi conciencia: este micro lo "vi" en un sueño que tuve.
Pues sí, seamos más agradecidos.
Abrazo!
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