domingo, 1 de agosto de 2010

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Fuego Orbicular, rey soltero, contemplaba el rostro de Plata Especular —con sus lunares seductores—, a veces de reojo y siempre de lejos. Cada vez más prendado y prendido de la belleza de ella, se le ocurrió ofrecerle, como lote de heredad, no un simple solar, sino el dominio de todo un cielo. Y por ese mismo cielo la persiguió para presentarle su oferta; pero aunque siempre se apostaba temprano para esperarla, se impacientaba ante la «indiferencia» de Plata Especular y se acostaba antes del arribo de su re-querida.
Sin embargo, hoy, solícito, jugó una sólida solución para atraerla totalmente: la esperó contra toda desesperación. Ya no más soliloquios: ambos se solaparon. Fuego Orbicular solía guardar su corona como un tesoro solitario, pero esta vez la lució solemnemente (no obstante ser lunes). Con ella envolvió a Plata Especular y apagó luces. Lunáticamente se besaron en clave de sol. Plata Especular parecía arrobarse y fundirse con Fuego Orbicular en un acto espectacular.
Lo llamaron eclipse.

4 comentarios:

Con tinta violeta dijo...

Es...una explicación muy interesante a un fenómeno universal...
Siempre corriendo uno tras otro sin alcanzarse...
Feliz semana, Yuan!!!

Yuan dijo...

Paloma:
El amor! El amor es un "fenómeno universal".
Feliz vida a ti, amiga!

Poyo Skalari dijo...

G-E-N-I-A-L
lo amé

Yuan dijo...

Poyo Skalari:
G-R-A-C-I-A-S
Nos seguimos leyendo, con o sin sol.