domingo, 29 de agosto de 2010

El despertador

Sonó a las 6:00 de la mañana. Ella se despertó con rostro risueño. Feliz. Había tenido un sueño radiante. Él abrió sus ojos. Entelerido. Había soñado un delirio horripilante.
Ella se ofreció: «Te presto mis oídos para escuchar tu pesadilla. Cuéntamela».
«Es que no me acuerdo».
«Entonces sonríe, tu pesadilla ya terminó».
Él sonrió, agradecido, y se ofreció: «Te presto mis oídos para escuchar tu agraciado sueño. Cuéntamelo».
«Es que no me acuerdo».
Dicho esto, ella se envolvió en una pesada pena, y pasó el día sin su rostro risueño, intentado recuperar su sueño postergado en el olvido.

4 comentarios:

Yo soy Escribidor dijo...

¡Qué angustia estar angustiado por algo olvidado! ¡Es mejor estar feliz por algo recordado!

cinthya rios dijo...

ummm,como quien dice no le puedes dar gusto a todas las personas
si hemos vivido algun evento bello,hay que recordarlo,hay veces que solo tenemos pedacitos de esos eventos (hay personas que quisieran recordar lo bueno que vivieron como si fuera la primera vez y no es posible a menos que tengas muy buena memoria),pero a veces nos quedamos con los recuerdos malos y por desgracia en ocasiones los recordamos completo y no por partes (solía sucederme a mí),solo nos queda entregar lo bueno y lo malo a JESUS y EL que solo nos dá buenas noticias nos regalará un pensamiento en donde solo reine lo bonito de nuestra vida,solo tenemos que dejarnos guiar por EL
salu2

Yuan dijo...

Deivi:
Sí. Y también: qué angustia saber que está la felicidad pero no recordarla!
Saludos!

Cinthya:
¿Re-cor-dar es "volver a dar el corazón"?
Saludos.

cinthya rios dijo...

ayy,que bonito comentario :)
bye
salu2