Descubrí que podía congelar mi sombra y luego tomarla y moldearla. Inyectándole creatividad, logré hacer con ella una escultura, obra maestra digna de los más cotizados museos. Todos los críticos de arte, los curadores de museos y los cronistas de la estética exaltaron la consistencia del volumen de mi singular estatua, hecha de un extraño material: sombra. Tanto sublimaron mi obra que, siendo su autor, pasé a un segundo plano: me convertí en una sombra. Entonces alguien descubrió que podía congelarme y tomarme y moldearme…
Lejos de preocuparme, me sentí afortunado: «Pronto seré una sombra digna de los más cotizados museos».
10 comentarios:
Tu conclusión me recuerda un dicho nuestro que reza así: el que no se consuela es porque no quiere.
Hay algo que es bueno y es la capacidad de algunos de ver siempre el lado positivo de las cosas.
Esa forma de ser hace que al menos seamos mas felces, ojalá cundiera el efecto.
Abrazos!!!
Paloma:
Dice un cuento oriental: "Mala suerte... buena suerte... ¿quién sabe?"
A vivir se ha dicho!
Abrazo.
el cuento me pareció muy bonito, cuando salta de un protagonista a otro en la trama.
Juan:
Quizás es como un protagonista desdoblado: un pensamiento dentro de otro pensamiento.
Abrazo!
Que interesante es este cuento corto, como muchos de los escritos aquí, en tu blog... me encantan.
Te felicito.
Un saludo.
Isabel:
Gracias!
Bienvenida siempre a este rincón que cobra vida gracias a ustedes, los cuentacuentos.
Abrazo.
hola:
a veces lo que hacemos se vuelve mas importante que nosotros mismos y pasamos a un segundo plano (bueno ai yo le entendí)
corrigeme si estoy mal (no me enojo)
salu2
cinthya :)
Cinthya:
¿Corregirte por interpretar un cuento? Los cuentos son para que cada uno lo interprete y lo enriquezca.
Salu2.
hola:
gracias por tu comentario,me hiciste
sentirme bien :)
salu2
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