«¡Tiene que ser ya, si no, armaré un escándalo!», sentenció ella con autoridad a la vez que me miraba con ojos suplicantes. Entonces capté la gravedad: sus músculos parecían contraerse en máxima tensión. La situación se estaba saliendo de control, cuando sostuvo: «Ya no puedo ni pensar. No aguanto más. Tengo que dejarte ahora… ¡Adiós!». Casi pude ver la polvareda que levantó cuando salió disparada de mi lado, dejándome solo. Desesperada, se encerró por unos minutos. Cuando volvió a asomarse, me dijo con una sonrisa de alivio: «Listo. Todo se ve tan distinto… después de que se ha meado». Seguimos paseando por el mall.
Título del próximo cuento: MIRADAS ESQUIVAS
Se posteará: domingo 20 de septiembre
2 comentarios:
jaaaaaaaaaaaaajajaja que risaaaa... eso si que hay que prestar atencion... jaaaaaaaajaja k risa!!
Bren:
¿A qué hay que prestarle atención? ¿Al escándalo? ¿Al quedarse solo? ¿Al "mall"? ¿?
Río contigo.
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