Mañana del sábado. «Mami, tengo dos pesadillas», dice la niña de siete años, acabándose de despertar. La madre aparenta prisa mientras le corrige: «Querrás decir que tuviste una pesadilla». «No, mami, es que tengo dos pesadillas». «Bueno, no me enredes, ya pasó. Luego hablamos, debo salir a trabajar».
La hija piensa que ya no es como antes, cuando entre su madre y ella había complicidad, formando un equipo de dos.
Últimamente, la niña se ha vuelto más soñolienta. Su padre asegura que se debe a que está estudiando hasta tarde. ¿Será?
Tarde del sábado. La niña duerme su siesta. Como siempre, los padres aprovechan para discutir acaloradamente. La mujer se queja de que su matrimonio no es como antes, cuando él y ella formaban un equipo de dos… que la pareja es de dos, no de tres… Reclamos de ella… Contra-reclamos de él. Ella levanta la voz, él levanta el coraje, ambos ven caer su relación.
La madre se da cuenta de los pasos de la niña. Silencio…
«¿Ya te despertaste, mi amor?».
«Sí, pero voy a dormir otra vez... Me gusta más la otra».
«¿La otra qué?».
«Te dije que tengo dos».
4 comentarios:
Uf...triste situacion la de esta niña. ¡Y que frecuente!
Todo por no saber vivir y relacionarnos los adultos. Siempre lo pagan los mismos, los mas débiles!!!
Besos Yuan.
Paloma:
Ser niños: asignatura pendiente.
Abrazos!
^^ Cuantas pesadillas mas tendremos verdad?¿
prefierimos las comunes, y algunas de esas de rutina... es cierto Yuan, a mi tambien me gustan mas las que sueño, aunque con tantas peliculas te juro que son feroces! jajaja
La realidad esta como para elegir lo otro verdad! Bien dicen que Dios premia en el sueño a sus amigos... ^^
sera que nos prepara en pesadillas?¿
Saludos, amigo!
Lu:
Sigamos soñando... sin "dormirnos".
Abrazo!
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