domingo, 13 de junio de 2010

Ojeras

Todo el que osaba oponerse a sus proyectos era misteriosamente removido del medio: aparecían acribillados quienes obstaculizaban su camino. Eran abaleados para él sentirse alabado. Pero cuando dormía, llegaban los sueños sin su permiso a interponerse en su pensamiento. Su manera de deshacerse de ellos era despertar: cada vez que soñaba algo, abría sus pesados párpados voluntariamente. Así acribillaba sus sueños. La pigmentación de la piel debajo de sus ojos se fue oscureciendo hasta la hora en que maquillaron su rostro. Esa mañana, temprano, su cardiólogo había certificado que el hombre, por más que se esforzó, no pudo retornar del sueño de esa larga noche.

6 comentarios:

Con tinta violeta dijo...

Me encantó el cuento...en nuestro afán de controlarlo todo podemos ser capaces de cualquier cosa...hasta de destruirnos a nosotros mismos...
Buenísima idea y bien contada, Yuan...
Congrats, have a nice week!

Yuan dijo...

Paloma:
En algún momento, quise titular este relato: "El complejo de dictador". Parece que dentro de nosotros está "esa" persona que pretende "dictarlo" todo.
Que tengas una semana y una vida siempre bella!

Juan Vásquez dijo...

Me gustó mucho y tengo una sensación un poco indescriptible. Debe ser porque no he podido dormir bien esta noche.
de nuevo: me gusto mucho el cuento y el título muy bien así como está.

Yuan dijo...

Gracias, Juan:
Que tengas un feliz sueño esta noche, que no tengas que acribillar ni sueños ni insomnios.
Saludos!

Yo soy Escribidor dijo...

Profundo. Sueños que son pesadillas. Te sigo, querido Y.

Yuan dijo...

Deivi:
Lo desafortunado es cuando hay personas que viven sus realidades como si fueran pesadillas o hacen que otros vivan pesadillas despiertas.
...
Siempre me ha llamado la atención lo de "El Escribidor". Lo eres!
Abrazo!