El astronauta ofreció la esperada conferencia de prensa. La tecnología logró que el mundo entero, como aldea global, fuese testigo de este magno acontecimiento histórico: la llegada del hombre a otro planeta.
Respondió todas las preguntas de los periodistas de todos los países. Describió lo que vio y tocó en ese planeta. Mostró las pruebas en las rocas extraídas. Hasta expresó sus emociones. El astronauta no paraba de hablar, como si no hubiera palabras suficientes para contener su experiencia.
Años después, el astronauta emprendió otra misión. Esta vez, el viaje era aún más extenso. Llegó a internarse muy lejos. Cuando regresó, todos lo notaban diferente. En esta ocasión no hubo ruedas de prensa. Sus amigos lo rodeaban y le cuestionaban. Él intentaba describir su viaje; pero se quedaba callado. Lo que había visto era inenarrable. Se había adentrado hasta los rincones más recónditos, y no había manera de describirlos.
El silencio era lo que le quedaba, después de su largo viaje al interior de sí mismo.
Título del próximo cuento: LOS INTRUSOS
Se posteará: domingo 25 de enero
4 comentarios:
Hay algunos, me cuentan, que no logran volver de esos viajes... El golpe hace derramar mucha sangre puesto que el golpe al espejo hace que el vidrio se rompa muchas veces... y duele.
Gracias Señor porque lo curas todo!!
Besitos chinos!
Entonces, por si acaso, habrá que comprar muchos espejos por toda la casa? ;)
Te mando un abrazo newyorkino, aunque estaré en RD la proxima semana.
Mi querido Yuan..como comprendo al astronauta. A veces me llevo a Antonio para que me sirva de guía, otras veces él está enfrascado en su silencio y no puede acompañarme ..entonces na, tengo que emprender el camino sola.Pero te confieso que lo más difícil es el regreso..hay momentos en que quisiera decir..Maestro hagamos aquí dos tiendas...
Sayli:
Algún día nos quedaremos con el Maestro, sin regreso... en su Casa.
Mientras tanto, seguimos en su patio.
Abrazos pa ti y Steven!
Publicar un comentario