domingo, 10 de octubre de 2010

Éxito y fracaso

Había esperado esta noche con impaciencia. El clown Buenetín toma su estampado maletín lleno de sorpresas, listo para entrar en escenario en el Circo del Coyote, el mismo que, cuando pequeño, había soñado con pertenecer. Cuando era un niño, su padre lo llevaba a admirar el Circo del Coyote. Ahí contemplaba embelesado a los trapecistas, vitoreaba a los domadores y quedaba extasiado con los equilibristas; pero su sueño, desde entonces, era ser un clown.
Ingresó en una academia de payasos. Nunca olvidaría su primera lección. El maestro repetía con insistencia: «Al clown todo le sale mal». Y agregaba: «Para ser clown hay que conocer los propios defectos, caricaturizarlos, exagerarlos y reírse de ellos… Un clown es alguien seguro de sí mismo, pero todo le sale mal. Por ejemplo, si es un pianista, y el taburete está lejos del piano, en vez de acercar el taburete al piano, el clown decididamente mueve el piano hacia el asiento».
Con estos recuerdos almacenados, finalmente Buenetín se presenta ante el público que abarrota el circo para el estreno de su función.
Tropieza con algo y se cae. Todos carcajean. Su maletín se rompe y salen disparadas las cosas más inverosímiles. Con su destreza de prestidigitador, la inmensa corbata en forma de corazón desaparece de su pecho y aparece en su espalda. Finge no saberlo, y la busca desesperadamente. El público se desternilla de la risa… Así, torpeza tras torpeza, manejado con mucha destreza. Al final, todos le aplauden de pie, en medio de risotadas.
Tras bastidores, sus colegas lo elogian. El halago más grande proviene del dueño del circo. Emocionado, palmotea a Buenetín en sus hombros: «Te felicito, ¡todo te salió muy bien!».
Entonces Buenetín tira su maletín, deprimido por ser un mal clown. Renuncia, porque «todo le salió muy bien».

6 comentarios:

Con tinta violeta dijo...

Quizás el pobre Buenetín debería haber apreciado solo el aplauso y la risa del público que disfrutaba.
No es bueno actuar por las opiniones de otros, sino por lo que creemos en nuestro interior...
Feliz semana Yuan.!!!

Yuan dijo...

Paloma:
Hoy vi a Buenetín. Le sonreí.
Abrazos!

Laura E. dijo...

aawww... Pobre Buenetín(le has robado el nombre al pobre calcetín de mi tocaya, te he cachado! :P )

A muchos nos pasa como a él. Tantos estándares que arruinan el desempeño de nuestro espíritu! Que cosas las de este mundo!

Yuan dijo...

Laura:
Jeje!
Buenetín fue el nombre que escogí para mí cuando tomé el taller de clown hace unos años. Más bien fue tu tocaya que trasladó ese nombre para el títere.
:p
Abrazos!

cinthya rios dijo...

ahh!!! que historia!!!
la cuentas tan bello,es la primera vez (al menos que yo me acuerde),que imagino al personaje tan vivamente,me imaginé el circo grande lleno de gente y al clown haciendo las cosas mal (segun su perspectiva) pero en el punto de vista de los otros lo estaba haciendo bien

yo creo que esto nos enseña a seguir nuestros puntos de vista,nuestros sueños y anhelos porque la verdad a nadie se le puede dar gusto,debemos seguir nuestro corazon siempre y cuando nuestras metas y pensamientos sean adecuados y justos ante DIOS

Bendiciones
salu2
cinthya :)

Yuan dijo...

Cinthya:
La imaginación al poder!