domingo, 19 de septiembre de 2010

La mente de Socorro

En los últimos días adquirió dimensiones de tragedia: está superpoblada… únicamente por artistas insomnes. Esta criatura hambrienta y enferma no había recibido más que bofetadas. Tenía la loca ocurrencia de querer algo menos injusto, pero recién nacida fue condenada a la soledad: le prohibieron el poder. «Podía desarrollar ciertas habilidades humanas —como el loro que habla algunas palabras—, pero era incapaz de gobernarse a sí misma» porque le habían golpeado los ojos. Los profesores dieron por perdido su examen: más que el voto, podía el veto. A modo de perdón, por haber cometido el delito de la dignidad, muestra la espalda al que la había «salvado»… Esta mujer siempre quiere, y aquel hombre siempre puede… ¿Se alzará la bandera de los libres sobre las ruinas?


Basado en el ensayo «Los pecados de Haití», de Eduardo Galeano.

4 comentarios:

Con tinta violeta dijo...

No se porqué los soñadores y los pioneros en reivindicar un mundo mas justo...siempre acaban sufriendo.
Menos mal que el final de la historia será el inicio de un reino de justicia.
Abrazos, Yuan!

Yuan dijo...

Sí, Paloma, después de ese sufrir, esperamos libertad y redención.
Abrazote pa ti!

Belkys Pulido dijo...

Lo he leído apresurada y me he quedado a releer, buen cuento corto es el que se escribe para leerse de un tirón y se eterniza en la interpretación de quien lo acoge, buenísimoooooooooooooo

Yuan dijo...

Hola Belkys:
Esa es la idea: dar ciertas pistas para que cada quien le dé alguna interpretación.
Me considero una especie de cuentacuentos "frustrado", por eso disfruto y aprendo mucho escuchándote.
Abrazo.