domingo, 29 de marzo de 2009

¿Show sadomasoquista?

Él sentía un placer especial cuando palpaba la piel de ella. Le encantaba tomarla, hacerla suyo, acariciar su cuero. No encontraba otra manera de expresarle su cariño, si no era a fuerza de golpes: exhibía su afecto con bofetadas. Él blandía su palo. Y ella profería sus potentes gritos cuando, por un lado, recibía manotazos de su hombre, mientras por el otro, soportaba con estoica firmeza los golpes del palo.
El público, ávido de más cachetadas, se puso de pie, aplaudiendo y vitoreando todo esto. Sucedía a la vista de todos, formando parte de un ritual llamado merengue.


Título del próximo cuento: ¿Y ENTONCES...?
Se posteará: domingo 5 de abril

domingo, 22 de marzo de 2009

Oh feliz ingenuidad

Un pecesito volaba por el cielo, llevando una flor con un pequeño sol por corola, para regalarla al gran Sol. El pecesito no sabía que los peces no volaban, por eso estaba volando. Nadie le había informado que las flores no eran soles, por eso llevaba un sol en forma de flor. No oyó cuando le dijeron que los peces no podían acercarse al Sol, por eso ya estaba alcanzando al Sol.


Título del próximo cuento: ¿SHOW SADOMASOQUISTA?
Se posteará: domingo 29 de marzo

domingo, 15 de marzo de 2009

El poder de la crítica

Érase una vez un maestro de pintura que realizaba tan bien su trabajo, que los personajes plasmados en el lienzo parecían tridimensionales, como si fueran estatuas.
Los críticos de pintura no se atrevían a escribir sobre sus obras; decían que, como parecían estatuas, debían de comentarlas los críticos de escultura. Los críticos de escultura se abstenían de opinar, alegando que eso les correspondía a los críticos de pintura, pues las obras del maestro eran puros colores sobre lienzo.
El maestro, deprimido por la carencia de críticas, decidió pintar sólo personajes en dos dimensiones. Entonces, todos los críticos de arte coincidieron al declarar que “había rebajado el nivel de su creación”.
Finalmente, el artista optó por pintar y esculpir en música.


Título del próximo cuento: OH FELIZ INGENUIDAD
Se posteará: domingo 22 de marzo

domingo, 8 de marzo de 2009

Y se sentó a esperar

Ellas eran dos: una madre soltera y su hija única. Dominante la una, y sumisa la otra. La hija quería ser diseñadora de modas, pero estudió medicina por presión de su madre: Desde pequeña, aprendió a vivir la vida de su madre, calladamente.
Nunca se atrevió a decirle lo herida que estaba desde la primera vez que oyó: «Eres fruto de un accidente indeseado.» Quería odiarla, pero no podía, pues era su madre. Deseaba gritar, pero no debía, pues había aprendido, desde el primer castigo severo en su infancia, que “resignarse es de buena educación”.
Dejó de estudiar, el día en que su madre, ya enferma, se lo ordenó. Se dedicó a cuidarla, atenderla, bañarla… A fin de cuentas, era su madre, y había que ser buena hija. Así fue criada: para convivir (o más bien: conmorir) con el miedo.
La madre, presintiendo su partida inminente al más allá, impuso de nuevo: «No le temo a la muerte… Cárgame y ponme en la silla.»
La hija obedeció de nuevo. Había obedecido tantas veces, que una vez más es lo de menos. Además: “es su última orden”, pensó. Cargó a su madre desde la cama hasta la silla.
Y la madre refunfuñó como siempre. Y se sentó a esperar la muerte.
La hija tomó otra silla. La colocó frente a su madre. La vio sentada, esperando lo irreversible. Entonces, la comisura de los labios de la muchacha se curveó en una leve sonrisa… Y se sentó a esperar la vida.


Título del próximo cuento: EL PODER DE LA CRÍTICA
Se posteará: domingo 15 de marzo

domingo, 1 de marzo de 2009

El ilusionista

Desde niño incursionó en la prestidigitación. En las fiestas navideñas animaba el ambiente familiar con su show de magia: desaparecía huevos, conejitos de peluche, relojes y cuantos objetos le entregaban. Además dibujaba corazones de papel, el público los rompía y él, por arte de magia, los recomponía.
En la familia, todos sabían que lo suyo era puro ilusionismo: que, aunque el huevo desaparecía, en realidad seguía ahí, oculto, de alguna manera, a la vista.
Con los años, se había convertido en todo un showman: la multitud pagaba para ver cómo era capaz de desaparecer conejos reales y hasta su hermosa asistente. Incluso circulaba en internet un video en donde se veía que él desaparecía la Estatua de la Libertad. Tenía el don de quitar de la vista, con presteza, todo lo que se proponía.
En su última presentación, llegó hasta el extremo. Después de desaparecer sillas, mesas, jirafas, carros, autobuses y hasta personas voluntarias, hizo desaparecer su propio corazón y su propia mente. Finalmente, él mismo se desapareció.
Hoy, algunos piensan que, como lo suyo era puro ilusionismo, en realidad su corazón y su mente, desaparecidos, continúan en sus puestos, sólo que están ocultos, esperando que el mismo ilusionista los recomponga. Pero él no aparece.


Título del próximo cuento: Y SE SENTÓ A ESPERAR
Se posteará: domingo 8 de marzo